El exvicepresidente Alfonso Guerra, que ahora es un venerable intelectual de izquierdas, acaba de llamar a los de Podemos "niños malcriados y altaneros". El detonante ha sido que Pablo Iglesias calificó de "búnker" al acuerdo de PSOE, PP y Ciudadanos para formar la Mesa del Congreso. Para los alemanes el búnker por antonomasia es el de Hitler, para los franceses lo son los de la Línea Maginot, pero para los españoles esa palabreja se refiere al grupo de personas que rodeaban a Franco cuando ya estaba declinante y que, entre otras cosas, le metían recortes de pornografía entre las páginas de algún periódico para que diera orden de suspenderlo. Pues bien, según el intelectual Guerra fue también un búnker -¿el mismo, tal vez?-, el que "se opuso a la transición política en febrero de 1981" -golpe de Estado-, y eso tiene "semejanza de posición con estos jóvenes altaneros". Bueno, lo dejamos aquí porque esto es un lío de búnkeres, pero se nos ocurre preguntar de quiénes o de qué son hijos esos "niños malcriados" que dice Guerra. Es decir, ¿quién o qué los malcrió? Esto requiere finura de análisis porque la mayoría de ellos eran pequeñitos cuando estalló el "caso Guerra", que es un hito de la corrupción española. El Guerra de autos era Juan, hermano del entonces vicepresidente, y al que le pusieron despacho en la Delegación del Gobierno en Andalucía en calidad de asistente con sueldo, pero dedicó aquel búnker a trapisondas que le llevaron ante los tribunales. Por cierto, Guerra dimitió unos meses más tarde, lo cual le honra.
