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Sol y sombra

Nada es lo que parece

El PSOE se muestra perplejo frente a las exigencias de Podemos y, sin embargo, acabará llegando a un acuerdo con el partido de Pablo Iglesias para repartir el pastel. Rajoy, que rechazó dos veces la posibilidad de intentarlo, por falta de apoyos, dice ahora que esta vez sí está dispuesto a hacerlo en el caso de que fracasen las negociaciones de la izquierda. Habría que preguntarse hasta qué punto han mejorado en la actualidad sus expectativas de conseguir el respaldo que no tenía hace tan solo un par de semanas. Si la falla de la corrupción en Valencia o los registros policiales en Madrid han curado al presidente en funciones del Gobierno del pesimismo que le condujo a rechazar los encargos del Rey y ceder la iniciativa al candidato socialista. Algo debe de haber sucedido, y no nos hemos enterado, para que el gallego remiso, el político que se rila, decida, cuando le han tomado la delantera, dar el paso que antes no dio. A no ser que Rajoy nos esté tomando el pelo a los españoles.

La explicación está, creo yo, en que nada es lo que parece. Ni Rajoy se cree lo que dice, ni Podemos va a ser intransigente con el referéndum catalán. Naturalmente Iglesias reclama el referéndum, la vicepresidencia, el control del CNI, el CIS, la comunicación del Gobierno y si, pudiera ser, hasta la jefatura del Estado, pero ello no significa que no esté dispuesto a renunciar a estas exigencias con tal de emprender la voladura del PSOE desde la propia alianza con el partido al que pretende fagocitar.

El portavoz socialista en el Congreso ha respondido a Iglesias: "Pablo, no sabes dónde estás". Pero sí sabe. Pablo sabe lo que quiere Pedro, y le pone el precio más alto por si el futuro socio está dispuesto a pagarlo.

Nada es lo que parece. O puede que sí lo sea. Depende de la capacidad de percepción.

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