Aflora un nuevo caso de corrupción en Asturias y ya van? demasiados. ¿Es así como esperan recuperar los políticos de la región el prestigio perdido? Está claro que se han equivocado, que no han sabido cortar por lo sano cuando tuvieron oportunidad de hacerlo y ahora toda medida que se tome llega tarde, dado el hartazgo de la ciudadanía tras tantas actuaciones carentes de la mínima ética.
Ya ha llegado el momento de dejar de dar palos de ciego y de afrontar con contundencia el que es, sin lugar a dudas, el mayor problema de la política española. El Gobierno del Principado debe tomar la iniciativa y poner en marcha todos los mecanismos posibles (legales y administrativos) para que situaciones como la del escándalo del cableado autonómico (la Fiscalía aprecia indicios de malversación, falsedad documental y prevaricación) o como las de los casos "Marea", "Pokémon" o "Fernández Villa" no se vuelvan a repetir.
No hay disculpas que valgan ante tanta corruptela. Los políticos, los de la vieja escuela y los de la nueva, están obligados a ponerse de acuerdo en la Junta General del Principado para arremeter con las mayores garantías de éxito contra tan lamentable plaga.
Lo que no puede ser es que las dudas sobre el funcionamiento de la empresa pública GITPA (Gestor de Infraestructuras de Telecomunicaciones del Principado) surgieran ya en el año 2011 y todavía ahora, en 2016, no se sepa con certeza qué es lo que pasó. Muy bien está que la Justicia haya tomado cartas en el asunto, ¡faltaría más!, pero mejor hubiera sido que el Principado hubiese actuado con más celeridad y eficacia. Porque era su responsabilidad. ¿O no?
O los políticos asturianos con responsabilidades de gobierno (en este caso los socialistas) toman medidas drásticas contra los corruptos (todos los corruptos, el que haya robado un millón de euros o el que se vendió por un viaje o una comida) o las sospechas generalizadas sobre la clase política en su conjunto irán en aumento. Ellos deciden.
