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Confusión y tacticismo

Como era de esperar, mientras se aproxima la sesión de investidura, los principales partidos con opciones de gobernar acentúan sus movimientos tácticos? sin que se prevea un final claro, sea en un sentido (elección de Pedro Sánchez como presidente) o en otro (repetición de las elecciones para la última semana de junio).

Así, el PSOE empieza a tener prisa para cerrar un acuerdo y está a punto de lograrlo con Ciudadanos. El problema es que, para sumar más Síes que Noes el 5 de marzo (día de la segunda votación), también necesita el apoyo de PNV, Compromís, IU y CC, lo que le permitiría conseguir una mayoría escasa de 143 escaños, frente a unos hipotéticos 142 contrarios (derivados de la suma de PP, independentistas catalanes y Bildu)? y la abstención de Podemos.

Y aquí es donde tiene Sánchez el principal escollo. La formación liderada por Pablo Iglesias cree que, si se forzara un adelanto electoral, podría quedar por delante del PSOE y erigirse, por tanto, en la primera fuerza de izquierdas del país (capaz de imponer sus condiciones negociadoras a unos socialistas que estarían temerosos de convertirse en un residual PASOK griego).

Mientras, los Ciudadanos de Albert Rivera juegan hábilmente sus cartas: aparecen como punto de encuentro entre PSOE y PP, sin acercarse mucho a unos o a otros (para no quedar "señalados" como meros apéndices, ante un hipotético adelanto electoral). Y el pasivo Rajoy, acosado por revelaciones de corrupción en las históricas plazas fuertes del PP (Madrid y Valencia), lo fía todo a una repetición de los comicios, con la intención de influir en el nombramiento del candidato si decide no presentarse. Un "lío enorme", como confesó el propio presidente al primer ministro de Estonia, en la última cumbre de Bruselas.

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