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Alberto Menéndez

Rencillas populares

Los populares asturianos no salen de una crisis para meterse en otra. Hace muchos años que van de sobresalto en sobresalto, desde los ya muy lejanos tiempos de Sergio Marqués como presidente del Principado, cuando el PP, con Francisco Álvarez-Cascos a la cabeza (cierto es que encizañado por varios dirigentes regionales del partido), lo abandonó a su suerte una vez que el entonces jefe del Ejecutivo regional no se plegó a las exigencias del en aquel momento todopoderoso vicepresidente primero del Gobierno de España.

No es que antes el PP (o AP) fuese una balsa de aceite. No, las desavenencias siempre fueron norma en Asturias en el partido fundado por Fraga. Así, por ejemplo, Gijón se caracterizó históricamente por ir por libre respecto a la dirección regional de la formación. Pero el enfrentamiento Cascos-Marqués lo superó todo y fracturó de tal manera a la organización (apareció un nuevo partido, URAS) que cuando se produjo el siguiente gran cisma, el protagonizado por el propio Álvarez-Cascos en 2011, aún no estaban curadas todas las heridas de la anterior ruptura, de la que precisamente había salido la dirección regional de los populares que, liderada por Ovidio Sánchez (y apadrinada por Gabino de Lorenzo), saltó por los aires tras el fracaso del PP en las elecciones autonómicas de 2011 y 2012, comicios en los que quedó por detrás de los casquistas de Foro.

Que había rencillas entre los pesos pesados del PP de antes y de ahora era algo sabido. Pero también es cierto que unos y otros intentaban que no trascendieran públicamente, ya bastante tenían con hacer frente a las constantes arremetidas de Cascos y su gente (la inmensa mayoría de ellos expopulares) como para cargarse con más problemas.

Pero la presunta corrupción del "caso Pokémon" ha vuelto a poner de actualidad la habitual falta de sintonía entre los dirigentes populares de la comunidad. Y ha sido la propia presidenta regional del partido, Mercedes Fernández, la que ha dicho que cuando ella llegó al cargo en 2012 el PP era un caos financiero y de gestión. ¿Se puede decir más en menos palabras? ¿Se puede ser más contundente? Y, además, se lo dijo a una juez.

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