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Fernando Granda

Cervantes, más o menos

Mieres dedicó su Antroxu a Miguel de Cervantes Saavedra, la cátedra Emilio Alarcos organiza conferencias al gran autor de "Rinconete y Cortadillo", Alcalá de Henares consagra el año a su hijo y creador de "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha". En 2016 todo el mundo presenta homenaje al Manco de Lepanto. Bueno, casi todo el mundo. Madrid, donde vivió y murió el escritor español más universal, donde reposan sus restos, dicen, lucha hoy por participar en el evento porque la anterior alcaldesa, Ana Botella, no quiso adherirse a la Comisión del IV Centenario de la Muerte de quien escribió "El retablo de las maravillas" o las "Novelas Ejemplares". El nuevo Consistorio considera que rectificar "es muy complicado" y propone actos para celebrar tan importante acontecimiento, que ahora podrían ser admitidos o rechazados. "No es normal que Madrid quede fuera de la comisión", dice la concejala socialista, Mar Espinar.

Este año la fiesta y las conmemoraciones se extenderán por medio mundo pues se celebran otros notables aniversarios. Es el cuarto centenario del más importante autor en lengua inglesa, William Shakespeare, fallecido el mismo día que Cervantes, el 23 de abril de 1616 (el alcalaíno murió el 22 pero su defunción fue registrada un día después). Igualmente se celebran los de Rubén Darío (100 años), el Inca Garcilaso de la Vega (400), ilustres poetas americanos en lengua española, cinco siglos de la muerte del rey Fernando el Católico, tres de la Carlos III, el monarca que embelleció Madrid, y las artes plásticas conmemoran los 500 años de Jeroen van Aeken, el pintor holandés universalmente conocido como El Bosco, fallecido el verano de ese 1616.

El centenario cervantino, que debería ser de celebración extraordinaria, sobre todo después del revuelo que se formó con la búsqueda de sus restos en una iglesia madrileña y el nuevo monumento en su honor, parece que no tendrá tanto eco en la ciudad donde vivió y compuso muchas de sus obras. Aurora Egido, catedrática de Literatura Española en la Universidad de Zaragoza y académica de la RAE, señalaba en Oviedo: "Cuando miro, por ejemplo, las horas que otros países dedican a su lengua y a su literatura, y veo lo que ocurre aquí, no tengo más remedio que preocuparme", como publicó LA NUEVA ESPAÑA.

"Hacen falta más Cervantes", dijo días pasados uno de los miembros de la cuadrilla que interpretó durante tres semanas un sainete de nuestros días, "Cervantina", que la Compañía Nacional de Teatro Clásico ha presentado en el histórico y singular Teatro de la Comedia, en Madrid. Esperemos que el programa organice una gira por España para que el centenario llegue a muchos rincones del país. Porque "Cervantina", con fino humor y quevedesco desparpajo, ironiza sobre la lectura que todo el mundo "dice que hizo" del Quijote y deleita al espectador con escogidos fragmentos de "El celoso extremeño", "El hospital de los podridos", "El licenciado Vidriera", "El coloquio de los perros", "El retablo de las maravillas", "El viejo celoso", "La Galatea", "La gitanilla", las "Novelas ejemplares", el "Viaje al Parnaso", "Persiles y Segismundo" o "Rinconete y Cortadillo". Es decir, cuatro siglos de adelanto a nuestra actualidad: presuntos banqueros corruptos, maltrato a la mujer, falsa transparencia, nacionalismos, infectos políticos y otros varios males de nuestros días. "Descubrir la vigencia de Cervantes es asombroso, es necesario traerlo a este tiempo de corrección política", advierte Yayo Cáceres, director de la jocosa y mordaz "Cervantina".

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