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Sol y sombra

Ilusiones perdidas

Carmen Rodríguez Maniega dice que los afiliados asturianos del Partido Popular recuperarán la ilusión perdida con un congreso abierto. Un congreso abierto probablemente no esté mal, lo sugiera Gabino de Lorenzo, Agamenón o su porquero. Pero donde realmente habría que reflexionar es en torno a las ilusiones perdidas, porque las ilusiones no se escapan de un día para otro cuando las cosas se hacen medianamente bien. El afiliado se deprime, por ejemplo, con casos como el de Aréstegui, mentor de Maniega, que ella, además, conoce tan bien. Hasta el punto que no me atrevo a decir que habla por su boca, pero sí a pensarlo.

La política partidista deprime y desilusiona cuando se percibe el deterioro constante de las conductas de quienes ocupan un primer plano en ella. Mercedes Fernández, la señora Presidenta, denunció cierto caos en la tesorería y Gabino de Lorenzo, el señor Delegado, ha respondido pidiendo un congreso abierto para el exalcalde de Oviedo, un político en horas bajas no, subterráneas. La cosa en veinticuatro horas ha ido a peor. Fernández ha ironizado con el estilo "burbujeante" de De Lorenzo, y De Lorenzo ha respondido que menos bromas y más ganar elecciones.

Todo esto, la verdad, es que es demasiado grotesco para ser tomado en serio por alguien. No pasa de un sainete de barrio. El Delegado asoma la cabeza para pedir congresos, algo alejado de su propia genética política, y la líder del partido en Asturias practica un sentido del humor que seguramente no le coresponde ni por talante ni por ingenio. Es la propia derecha la que está acabando con la derecha en Asturias desde los primeros tiempos de Cascos. ¿O fueron los segundos? De los terceros, no hablo, son muy recientes. El cainismo es así.

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