Nos hubiera interesado mucho que, por inspiración de Xixón Sí Puede (XSP), el nombre que le han dado al erial de las vías se hubiera elegido mediante una consulta popular. Así lo han hecho la homóloga, y homorfa, y homeópata, formación hermana de XSP en la capital, que se denomina Somos Oviedo y que hace un tiempo abrió un proceso para bautizar la entrada a la ciudad por la "Y", que es un pedazo de tierra destinado a la reforma integral. Dicho proceso tuvo dos rondas: la primera, destinada a que el pueblo ofreciera propuestas de nombre; y la segunda, para elegir una entre las presentadas. El resultado fue la denominación de "bulevar de Santuyano", algo muy adecuado a ese espacio. Pues bien, en un proceso similar, y para algo que también es la entrada a una ciudad, suponemos que en Gijón habría propuestas para todos los gustos y que un grupillo de heroínas podría haber sugerido el nombre de "Jardines del Tren de la Libertad". Todo muy correcto, incluso con la posibilidad de que en la segunda y definitiva vuelta ese nombre obtuviera los mismos respaldos, o alguno más, que en la ronda de sugerencias. Decimos todo esto porque la alcaldesa de Foro, Carmen Moriyón, ha mostrado rasgos de capricho y ligereza en el bautizo de algunos espacios urbanos, como es el caso de aquellos dedicados a víctimas de un accidente, una circunstancia que merece todas las condolencias personales, pero que no constituye un hecho que la ciudad deba objetivar y elevar a historia común. Total, que Moriyón ha debido de sacar pecho para demostrar su aprecio y consideración por la Tertulia Feminista Les Comadres, promotora del tren de marras, pero pocos días después de descubrir el nombre de la cosa, las peculiares feministas gijonesas ya han mostrado su dentición alrededor de la mano de Moriyón y estamos seguros de que tarde o temprano morderán. Así de poco fiable y agresivo es el feminismo decadente.
