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Xuan Xosé Sánchez Vicente

Mieres: bajando a tierra

La realidad termina por pinchar algunas de las burbujas, como la reducción de jornada de los empleados públicos

En el Ayuntamiento. Sus empleados y la corporación. Como nos pasó a todos. Bajando a tierra de la nube.

El gobierno Aznar facilitó algunas burbujas. Tiró del maná de las subvenciones europeas y, en el ámbito de la Administración y los servicios ligados a ella (la sanidad, por ejemplo), inventó una nueva burbuja: redujo en 2,5 horas la jornada de los empleados públicos.

Creo que, en su día, fui de los pocos que mostré mi extrañeza ante aquel regalo; de los pocos que pregunté por el coste y de dónde iba a salir el dinero para sufragarlo. (De la misma manera que formulé en solitario la cuestión de que quién iba a pagar los gastos ordinarios de funcionamiento de aquel regalo de Cascos, Villa y Hevia a Mieres que fue el Campus del Caudal, mediante aquel anómalo procedimiento paraadministrativo y político que fueron los llamados "fondos mineros").

En el año 2012 el PP cantó la palinodia con respecto a aquel regalo alocado de don J.M. Aznar y estableció los ajustes correspondientes (la palabra "recortes" no es más que una falacia agitadora) para volver a la racionalidad económica en el coste de los servicios. Entre otras medidas, el regalo de las 2,5 horas desapareció.

(Evidentemente, para centrar estos conceptos de burbujas y manás, hay que recordar que en el año 2011 gastábamos casi un diez por ciento más de lo que ingresábamos y, aún hoy, un cuatro con cinco por ciento.)

Así pues, y después de tres años de resistencia, a la Corporación de Mieres y a sus trabajadores no les ha quedado más remedio que bajar a tierra y aceptar trabajar las dos horas y media que se requirieron con carácter general en el 2012. ¿El maldito Rajoy? No, la maldita realidad de la realidad.

De paso, envían un mensaje a todos aquellos que hacen demagogia pretendiendo "devolver" aquel regalo de Aznar.

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