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Cien líneas

Egea

Egea siempre formará parte del corazón de los carbayones de bien, de los azules de verdad, porque sacó al Real Oviedo de los barrizales. Además, es un gran entrenador, un caballero y una persona de bien.

Dicho lo dicho, conviene añadir que lo vivido desde la mañana del pasado lunes tiene mucho de representación.

Y, más allá, hay que subrayar una vez más que el Oviedo está en manos de un personaje superlativo: Arturo Elías Ayub. Ha vuelto a dar la cara al instante, saliendo a pecho descubierto en Periscope a explicar los hechos, con una frase muy adecuada: es necesario convertir los problemas en oportunidades. Está a un nivel sideral en relación a lo que a diario vemos en Asturias en el deporte, en la empresa o en lo que sea.

¿Y ahora qué? En nada el Oviedín va a tener un gran entrenador y en el vestuario -el vestidor, que es lo mismo- todos derechitos como velas ya que con más o menos culpas sobre sus espaldas, en relación a la dimisión de Egea, nadie les va a pasar la más mínima de aquí a mayo porque, no hay duda, subiremos por la directa.

El futuro inmediato, como ha dicho Arturo Elías, es subir, subir y subir. No hay otra.

Con la excelente plantilla del Real Oviedo, con un nuevo entrenador, sin duda de primera, y con el apercibimiento al vestidor -quien no responda no estará en la plantilla de primera- el cohete azul, que encima cumple 90 años en unos días, va a subir como no llegó nunca a soñar ni siquiera la Nasa.

Adiós a Egea, un grande, y hola a todo lo que viene: será maravilloso.

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