Parece que tras la tempestad llega la calma. Y que la playa de San Lorenzo recupera, a juicio de los expertos, la arena enterrada en años de disputa dialéctica acerca de la pérdida de áridos. Los estudios recientes que maneja el Observatorio de la Playa confirman que las obras portuarias no sólo no han afectado a este espacio litoral de esparcimiento, sino que puede que incluso el nuevo dique haya facilitado el aporte natural de 16.000 metros cúbicos de arena durante el último año. ¡Vaya!, parece que El Musel no es culpable de todos los males y achaques que afectan a esta ciudad... Se desvanece, por tanto, la posibilidad de hacer una aportación de áridos a San Lorenzo, prevista en el estudio de impacto ambiental de la gigantesca obra muselina, asunto que hizo correr ríos de tinta y que puso al borde de un ataque de nervios a las dos últimas alcaldesas de esta ciudad, que huyeron de echar arena en la playa, no fuera que una lágrima suya cayera en la arena.
