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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

La amistad y el vino

Es de sabios vincular la amistad con el vino. Lo hicieron los antiguos desde tiempos remotos, cuando aprendieron a domesticar el fruto de la vid para aliviar la sed de sus celebraciones. En las tabernas sellaron nuestros abuelos pactos y alianzas que trajeron paz y prosperidad. La amistad, como el vino, no tiene para crecer un tiempo ni un lugar, ni una ciudad ni una época del año: ambos envejecen ricos en matices con el paso presuroso de las estaciones. Los amigos hay que cultivarlos con idéntico mimo con que el viticultor de la llanura alivia de impurezas los sarmientos de las cepas centenarias que lejos de agotar su fruto aportan templanza a los caldos. "In vino veritas"; si quiero de mis amigos la verdad, no existe mejor medicina que colmar de buen vino el vaso transparente de la amistad: no existe mejor ganzúa. Por mis amigos brindo con vino nuevo en viejos odres.

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