La nueva política prefiere la táctica premeditada del baloncesto al toma y daca irracional de los arranques de raza del fútbol, tan del gusto de la política vieja. A nadie extrañe: al fútbol se juega con los pies y al baloncesto, con la cabeza, y el partido que se disputa sobre la cancha del hemiciclo requiere de una imponente artillería de estrategias de pizarra. Pablo le regaló ayer a Pedro un libro sobre la historia del baloncesto español para convencer al PSOE de que hay que pasar por el aro; pero no hay acuerdo para hacer equipo. Los socialistas prefieren jugar con Ciudadanos, lo que garantiza un partido de 130 puntos. Iglesias aspira a un tanteo de NBA, y propone sumar 161. Sánchez, en el alero, flota y pivota a una puntuación de All Star Weekend: llegar a 199. Y en esas estamos, en una disputa de defensas contra ataques: "pick and roll", bloqueo y continuación.