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Millas

El trasluz

Juan José Millás

Otros asuntos

El incumplimiento de los planes relacionados con el déficit económico ha causado gran escándalo, en especial porque todas nuestras energías estaban puestas ahí. La vergüenza por esta inobservancia llegó al punto de que la ocultaron. Y no solo: mintieron repetidamente al asegurar que los números estaban en orden, incluso que tendríamos superávit (dentro del déficit, se entiende). Sabemos lo que ocurre cuando solo se tiene un objetivo en la vida: que cuando falla, falla también el resto. De ahí que no convenga colocar todos los huevos en la misma cesta, particularmente si la cesta es de Merkel.

Casi al tiempo de enterarnos de nuestros problemas con el déficit, advertimos que los suicidios han subido en España un 20% desde el inicio de la crisis. Una buena parte de ellos está sin duda relacionada con el aumento del déficit. Pero como no había ningún objetivo respecto a los suicidios, no sale el ministro de Sanidad a dar explicaciones. El suicidio es un fenómeno atmosférico, mientras que el déficit es el primer mandamiento de una religión cuyo representante en la Tierra es la Troika. No nos importa que sigan ustedes suicidándose mientras no suba la prima de riesgo. Significa que ya no buscamos, como en otras épocas, el sentido de la vida, sino el sentido de la hora próxima, el sentido del sábado por la tarde o del domingo por la mañana.

-El sentido de la vida -afirmaron siempre Montoro y Guindos- es el cumplimiento del déficit.

La mayoría de los contribuyentes solo tenemos una idea aproximada de lo que es el déficit, de manera que su incumplimiento, aunque ocupe la cabecera de los telediarios, no nos duele tanto como el aumento de los suicidios, sobre todo si consideramos que es ya la primera causa de muerte entre los jóvenes. Jóvenes que se quitan de en medio porque no le ven sentido a la existencia, porque los mata el déficit del que ahora nadie tiene la culpa. Pero también ancianos cuya pensión de jubilación no daba más de sí. Nos parece muy bien que la sociedad se imponga deberes económicos, incluso que los incumpla cuando no se puede hacer otra cosa. Pero hay otros asuntos que también deberían preocuparnos.

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