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Cien líneas

Régimen

El "caso Riopedre" fue renombrado, ya de salida, como "caso Renedo" o "caso Marea" de manera que el proceso para dejarlo en apenas nada triunfó desde el primer minuto.

Ahí está, en el banquillo, un grupito de saltimbanquis -la justicia dirá su calificación- con escaso significado. La maquinaria del régimen ha ganado y el final ya lo conocemos desde el inicio: cuatro condenados a cuatro años que en unos meses estarán en la calle. Y quien apunta cuatro pone ocho, que más da.

Es de dominio público la existencia de tramas con operativas infalibles. Un cuñado-testaferro de un político crea una empresa a la que otro político adjudica tal y tal y tal -todos conmilitones y cocarnetarios- en medio de un abanico amplio de complicidades y venga a forrarse a costa de los presupuestos públicos. Si surge algún problema el pacto del duernu cierra filas. Pasó con Gesuosa, aquella empresa sociata disfrazada de popular, que tenía contratada a una pléyade de abogados y procuradores, deudos de altos jerarcas.

Conviene recordar que Riopedre era íntimo amigo del presidente Areces y uno de sus colaboradores más estrechos durante décadas. Y que la esposa de Areces tendrá que declarar en el... "caso Marea", menudo camelo.

Focalizado el asunto, acabará como el "caso rositas" porque así se irán todos. Aunque, sospecho, pronto saltará la conexión panameña. Atentos.

Ya saben cuál es la frase favorita del presidente Javier Fernández, que cada día me cae mejor: "A mi que me registren". ¿Pero no era y es el jefe del PSOE astur?

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