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Cien líneas

Idénticos

El PSOE y Ciudadanos, en el pacto de gobernación suscrito hace unas semanas, proponen un incremento del gasto público de 60.000 millones de euros. Podemos, por su parte, quiere una subida de 96.000 millones. El PP, habla mudito, nos ha endeudado en cuatro años en 500.000 millones, y eso que puso los impuestos por encima incluso de lo que pedían los comunistas, siempre vanguardia a la hora de desplumar a los ciudadanos. Bien sabemos cómo se las gasta.

Así las cosas, ¿cómo es posible que sesudos analistas digan prácticamente por unanimidad que o tenemos y pronto nuevo Gobierno o estamos perdidos? ¿Por qué la gente de bien anda por la calle asustada a causa del desamparo que les provoca la falta de un señor o señora en la Moncloa con plenas funciones?

Desde Navidades duermo a pierna suelta. La tranquilidad que me induce la ausencia de Gobierno es inmensa. Y, viendo las cifras supraindicadas, llego a la euforia.

En todo caso, no me hago ilusiones. Cuanto más distantes aparezcan unos de otros en las sesiones de negociación, más cerca están. Evidentemente, quienes salen en televisión no son los que están pactando o, mejor dicho, ahí y así no es donde y como acuerdan. Lo que vemos es sólo comedia para fingir distancias infinitas y enviar un mensaje al personal: defendemos con uñas y dientes los programas y las promesas. Puro cuento.

La verdad es que están de acuerdo en todo, especialmente en el derroche y en los impuestos: sólo discuten sobre la fórmula concreta para que Cataluña se independice.

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