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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Misoginia gastronómica

Las peñas gastronómicas de Gijón comparten un defecto muy extendido: su misoginia culinaria. A día de hoy participo habitualmente en tres de estas asociaciones de paisanos que se reúnen, con cierta periodicidad y a mantel puesto, a discutir de lo divino y lo humano, y soy eventual en otras tantas, y en todas ellas no se sienta a la mesa ni una sola fémina, salvo en contadas ocasiones y sin que sirva de precedente. Ocurre que las mujeres acaban siendo, con frecuencia, asunto de conversación, entre plato y plato o a los postres. "En mi casa se hace lo que yo obedezco, sólo faltaba que aquí también", resuelve un contertulio cuando se debate acerca de la presencia femenina, que se antoja conveniente y hasta imprescindible. En las peñas gastronómicas de Gijón se mantiene el dicho de que "ellos se lo guisan y ellos se lo comen". O ellos se lo comen, aunque lo guisen otros, que es lo más frecuente. Mejor sería que, guisase quien guisase, nos lo comiéramos juntos: nosotros y ellas.

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