IU ha puesto el clamor en el firmamento porque el Regimiento Príncipe de Cabo Noval recibió la visita de doscientos escolares y les mostraron su aplicación en lucha y manejo de armas. Además, parece ser que hubo una simulación de asalto a un objetivo yihadista, pero en la sección de vestuario le pusieron al simulador un pañuelo palestino, que, como se sabe, es un paño sagrado para la izquierda. Pues bien, lo del pañuelo palestino no nos parece un acierto, pero el hecho de que Gaspar Llamazares haya censurado la visita y la correspondiente exhibición es algo que nos estremece y nos da evidencia de lo abiertas que tenemos las espaldas con políticos cándidos, o con eurofuncionarios estúpidos, o con la descoordinación policial en el continente, o con la ausencia de un ejército europeo, o con esa vergüenza política en la que se ha convertido la Unión Europea. Dice Llamazares que lo sucedido en Cabo Noval "fomenta el belicismo". Bien, no dudamos que estadísticamente pueda salir algún belicista del grupo de visitantes, e incluso alquien que le coja cariño al rifle, pero el nivel de buenismo es lo que nos alarma. Si dependiera de ciertas fuerzas políticas, España no debería ser más que una corderada nacional, o una tierra de conejos. Existe también un cinismo deplorable en denunciar que unos chavales vean lo que hace un ejército, como si viviéramos en un mundo en que los militares debieran llevar claveles en los fusiles, y "jazmines en el pelo y rosas en la cara", ya que "airosa caminaba la flor de la canela, y derramaba lisura, y a su paso dejaba aromas de mistura que en el pecho llevaba". Viva Chabuca. Viva Llamazares.
