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Aunque la pasión por los vampiros ha reverdecido con la saga "Crepúsculo", es una pasión entendible, pues mezcla las pulsiones primarias de sexo y muerte. Lo de los zombis es menos fácil de pillar. ¿Qué vemos en ellos?, ¿será su activismo colectivo y en automático, que libera del fardo de la voluntad y el decidir?, ¿la pasión por el no-pensar, jubilando las inquisitivas neuronas, causa de tanta desazón?, ¿la consolación de la muerte, aunque sin renunciar al placer biológico de vivir, ese extraño gusto de las células en hacer su trabajo?, ¿la excelencia del ni-ni? Se vuelve uno zombi, aunque sea a tiempo parcial, y no tiene que estar pendiente de las noticias, ni vivir colgado de las redes, ni contestar correos, ni trabajar, ni ponerse a tareas burocráticas, ni hacer lista de la compra. Llegado uno a ese estado, seguramente pensará cómo se las arreglaría para vivir antes de hacerse zombi.

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