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Cien líneas

Pasividad

Hace tiempo que dudo al respecto. Me refiero a la pasividad superlativa de José María Aznar frente a la liquidación de su partido y digo suyo porque fue quien lo fundó por refundación, lo llevó a la Moncloa y desde allí capitaneó los mejores años de España tras la vuelta a las urnas.

La duda es: no hace nada porque lo tienen pillado con lo que sea y pueden tirar de la manta o no hace nada porque la soberbia lo tiene pillado y prefiere no entrometerse en cosas de mortales.

En la primera de las hipótesis -no cuestiono su honradez, es solo un juego de pura lógica- creo que se equivoca porque antes o después lo van a empitonar y es que el odio mueve el mundo. El odio y la mentira, que todo hay que decirlo. Y contra un golpe que está cantado solo cabe un ataque preventivo. Por eso creo que realmente esa hipótesis no es la buena.

Nos queda la soberbia. El escenario de ego superlativo tiene un límite y sospecho que ya se ha rebasado. Aznar no puede seguir contemplando cómo los que ahora mandan en el PP destrozan el PP -lo depuran en la línea de la tercera internacional- para seguir en el machito como neo zapateristas y así construir vías legales para la secesión de Cataluña y lo que se tercie que tal es el horizonte de todo lo que está ocurriendo.

Esperanza Aguirre decía el otro día que "si el PP no es capaz de atraer a todos esos liberales y conservadores que creen en la libertad, la propiedad y el imperio de la ley, pues habrá que pensar en otra cosa". Rajoy los expulsó. Alguien va a recoger a la derecha española que ya no ve en el PP lo que quiere.

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