Hemos asimilado unas cuantas costumbres anglosajonas, lo cual no es tan malo ni tan bueno como pudiera parecer. De hecho, ese tratado de Libre Comercio entre USA y UE, que se está negociando y es tan protestado, vendrá a ser como una difícil digestión del liberalismo yanqui en un estómago, el europeo, que un día fue socialdemócrata e inventor del estado de bienestar. Así pues, la asimilación de anglosajonadas ha sido generosa, pero en lo que más se nota es en la proclividad a los acrónimos. Verán. Acaba de firmarse entre el Gobierno regional, la patronal FADE y los sindicatos UGT y CC OO, el nuevo pacto de concertación 2016-2019, que se llama Acuerdo para la Competitividad Económica y la Sostenibilidad Social, o sea, ACESS. Esto nos recuerda que el más simpático de todos ellos fue el que rigió de 2008 a 2011 y que se llamó Acuerdo para la Competitividad, el Empleo y el Bienestar de Asturias, esto es, ACEBA, término tremendamente tentador porque inducía a formular que, en efecto, la concertación se dedica "a cebar" a sindicatos y patronal. Dicho de otro modo, una cierta concordia social y laboral tiene un precio. Pero hubo más siglas concertatarias y concordatarias. Por ejemplo, el ADECE (Acuerdo por el Desarrollo Económico, la Competitividad y el Empleo), vigente hasta 2007; o el Acuerdo por el Empleo y el Progreso de Asturias (2013-2015", el AEPA. Sobre el que acaba de firmarse dicen los interesados que es maravilloso, pero luego se tirarán los trastos a la cabeza. Una vez "acebados" con estas sopas de letras tan peronistas.