El presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, Laureano Lourido, ha sido invitado a comparecer en la Junta General del Principado por el grupo Podemos. Suponemos que la invitación habrá sido cortés, pero no sabemos si ha sido correcta o incorrecta, procedente o improcedente. Lo decimos porque el presidente portuario tiene varias excusas para no presentarse, por ejemplo, que la magna obra ampliatoria del Musel está siendo investigada en los tribunales y, en consecuencia, como dijo aquel otro político del Principado, él no debe "violentar a Montesquieu" hablando en sede parlamentaria de lo que hacen en sede judicial. Otra razón para no ir a la Junta sería que la presidencia portuaria es asunto compartido por el Principado y Puertos del Estado, de modo que el primero propone y el segundo dispone, con lo que Lourido depende de Madrid. Dicho esto, nunca le hemos dado demasiada trascendencia a las comparecencias ante nuestros repúblicos regionales y, mucho menos, a lo que ellos llaman comisiones de investigación, que suelen acabar en tertulias enfurecidas. No obstante, hay que recordar que la correspondiente investigación de la Junta sobre la magna ampliación y sus desmesurados desfases económicos se vio frustrada tiempo atrás bajo la explicación de falta de documentación o algo así. Sin embargo, ahora mismo lo que sobran son papeles e informes y, además de todo ello, abundan los indicios de graciosos movimientos políticos y empresariales, y tan gloriosos que siguen espantando las cantidades de dinero que tan gozosamente se fundieron.
