En Asturias, el salario medio es de 1.591 euros brutos al mes. En los últimos cinco años ha perdido un 6,5 por ciento de poder de compra. Dos puntos más -dos puntos peor- que la media nacional. El estudio donde se recogen estos datos y otros muchos más se dio a conocer la pasada semana.
El salario medio de los asturianos es el quinto más alto del país. Aún pesa mucho la industria, aunque a la vista de los hornos altos desaparecidos y tal y tal y tal nadie lo diría.
La inflación cero o casi mejora la capacidad de compra y a más a más, la economía nacional creció el año pasado por encima del 3 por ciento, que en el conjunto de los países avanzados es muchísimo.
Cursamos una crisis que es dual. Un asalariado que mantenga su puesto de trabajo la nota poco o incluso muy poco. Todo el mundo se queja, es lógico, pero los agobios van por otro lado.
Sin embargo, quien se queda sin trabajo porque lo despiden o quiebra su pequeño negocio las pasa moradas. Peor aún, las perspectivas razonables de volver a engancharse a una buena situación son muy reducidas. La desesperanza se suma a la ruina.
Asturias, en todo caso, no es la unidad a considerar. Ni siquiera España. Con los ritmos desiguales que se quiera, si allí y allá las cosas van bien aquí ocurrirá lo mismo.
Y allí, en España en su conjunto, aunque la economía marcha -para unos sí, para otros no: está dicho- la crisis política es tremenda. Y allá, en Europa, no están mucho mejor.
(Para la terapia de esta semana se recomienda vivamente la "Marcha turca", de Mozart).