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Nueces de California

Nombres y siglas, "and so on"...

Sobre cómo llamamos a las personas y algunas palabras de moda

Hace ya un tiempo mi buen amigo Arturo, médico asturiano "en Alaska", me contaba que en la parroquia de su pueblo allerano una feligresa quería llamar a su hija Guinda, y que estaba de acuerdo hasta su perro, de nombre "Arturo". Una semana más tarde también vio a unos cazadores que jaleaban a un perro del mismo nombre. ¿Cómo se puede llamar a un perro "Arturo" y a una niña Guinda? ¿Hemos perdido la cabeza, o quizás nunca la hemos tenido? Sólo hay que ver los nombres de algunas mujeres en nuestro país en tiempos recientes. Aquellas reinas del optalidón ponían a sus hijas nombres que sin duda testimoniaban su estado psicológico. Hay muchos nombres de este estilo, espero que las afectadas no se enfaden conmigo: Olvido, Soledad, Angustias, Purificación, Inmaculada, Dolores, Consuelo, Esperanza, Caridad, Piedad, "and so on"?

Muchos de estos nombres vienen directamente de una tradición católica opresora, en la que los curas hacían y deshacían a sus anchas y nadie osaba abrir el buche, por miedo a quemarse en el infierno o estar tostando en el purgatorio como las costillas a la brasa. Incluso el cura del pueblo de mis güelos, Velo y Benigna (bonitos nombres), ponía multas por trabajar los domingos en la huerta, y los aldeanos se turnaban en la vigilancia y gritaban: ¡que vien'el cura!, y dejaban los aperos, y disimulaban su miseria. No obstante había otros curas que eran unos cachondos, como el de ese pueblo leonés, Cubillas de Rueda, donde Jesús perdió parte de la Sábana Santa, en cuyo cementerio se pueden leer nombres como Parmenio Parbuco Pascual o Alberta Anasberta Gorinda, "and so on"?

En Francia, por ejemplo, es imposible llamarse Adolphe -ya conocen la famosa pieza de teatro, hecha magistralmente película por la Comedie Française-; y en Asturias dentro de poco nadie se llamará José Ángel. ¿Se acuerdan hace unos años lo que se decía sobre quien mandaba realmente en Asturias, y todo el mundo callaba, izquierdas y derechas? ¿Qué secretos atesoraría? Quizás ya nunca lo sabremos de su boca y sean necesarios otros escándalos "offshore" para que conozcamos los nombres de otros grillos. ¡Cuando éramos niños los sacábamos de su cueva, haciéndoles cosquillas con una pajita, a la vez que cantábamos "sal, sal, que te meo"! Quizás caigan en desuso otros nombres de políticos actuales: Paco, Pedro, Pablo, Vicente, "and so on"? Será una tragedia porque si empezamos a quitar los nombres de personas que nos disgustan nos quedaremos en cuadro y tendremos que echar mano de nombres oscuros, como Vladimir, Lenin, Hugo, Augusto, Fidel, Lula, "and so on"?

No obstante, es importante llamar a las cosas por su nombre. En Francia hay dos palabras de moda: "Bavure et Racisme". La primera significa abuso policial, como el que cometieron unos agentes en la Gare de Lyon sobre François Bayga, al dejarlo medio desnudo y desvalido en el suelo de la estación sin sus prótesis, después de un control de seguridad. El vídeo recibió cientos de miles de visitas en pocos días. Bayga es negro, como lo era mi amigo nigeriano Olufemi Adeyemi, cuyo nombre quería decir "hijo del rey-la corona me sienta bien en la cabeza". Me acuerdo que cuando estudiábamos en París en 1987-88 y salíamos juntos, siempre nos paraban los CNRS. A mí sólo, nunca me pararon. Es difícil imaginarse lo que es ser negro o tener cara de moro en un mundo tan racista.

La semana pasada en Oviedo ocurrió la muerte del joven Lennier Ramírez durante un desahucio. Es muy importante que se aclaren de modo exquisito las causas, porque no podemos permitir que recaiga ninguna sombra de duda sobre los agentes policiales, o que existan posibles "bavures" y no sean juzgadas y depuradas las responsabilidades, pues principalmente no sería una buena noticia para nuestra democracia, que ante todo debe ser transparencia, acceso a la información veraz y claridad, caiga quien caiga. Y de todas formas, espero que aprendamos con éste y otros desgraciados incidentes, y se promulgue una ley civilizada de desahucio, que no se trate a las personas como a ratas, y que se estudien las causas -caso por caso-. Por supuesto, en el caso de las hipotecas, la dación en pago y una ley de bancarrota familiar arreglarían este problema y pondrían el mercado en su sitio. Cuando estuve en febrero en Francia, un programa trató este tema en España, y les puedo decir que nos retrataban como un país bárbaro e incivilizado. Nada que alegar, pues a mí particularmente me avergüenza profundamente ver a los policías derribar puertas como si fueran Obélix.

¿Y qué me dicen de las siglas? Tengo la impresión de que a menudo se olvida su significado. Por ejemplo en la universidad: PDI quiere decir "Personal Docente e Investigador", y todavía algunos compañeros obvian esta segunda faceta, e incluso la primera. Sólo les queda la P de personal, es decir, de coste fijo. ¿Y PAS? Aunque parece una onomatopeya, significa "Personal Administrativo y de Servicios", es decir, hay que administrar y poseer una vocación de servicio, lo cual no es fácil. Lo digo por experiencia propia, de cuando trabajé en Francia durante varios años como ingeniero jefe de proyecto en el terreno de la "sous-traitance". Hay que estar permanentemente a la escucha de las necesidades y facilitar el camino. Creo que en la Universidad de Oviedo podríamos tener una gran plantilla si se reconociesen los méritos, se otorgasen las responsabilidades al PAS, acordes a su formación, sabiendo delegar. Y luego están los estudiantes, que no tienen sigla, y que como su nombre indica deberían estudiar, aprender lo máximo, imponiendo tensión con sus ganas de crecer, exigiendo la máxima calidad al profesorado, a los directores, decanos y equipo rectoral, devolviendo el máximo esfuerzo. ¿Estaré soñando?

Ya tenemos nuevo Rector magnífico, y se llama Santiago, como el apóstol. Sabemos de qué color es su caballo; sólo nos resta saber quiénes son sus mosqueteros, y esperar que manejen bien la espada. Tengo que reconocer que es una pena perder en parte a un investigador de su calidad, que nos ayuda a aparecer en el ranking de Shangai. Si todos hiciésemos igual, la Universidad de Oviedo sería como Harvard, y quizás en Cambridge comerían fabada con arroz con leche y se jactarían de lo buenos que son 11 mercenarios corriendo detrás del balón, como en España. Que cada cual eche sus propias cuentas y piense qué perdería la Universidad si mañana no volviese a su puesto de trabajo. Es tan sencillo como eso: eres lo que dejas cuando desapareces. Sólo de eso depende que se acuerden de tu nombre. Got it?

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