La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

andres montes

Simbiosis oportunista

Lo de IU y Podemos es una simbiosis oportunista, vínculo que, como ya mostrara esa científica a contracorriente que fue Lynn Margulis, ha contribuido de manera decisiva al desarrollo de la vida compleja. En este caso, su alcance es más limitado, no saldrá ninguna novedad biológica de esa unión que tiene su fecha de caducidad en el 26 de junio, un día que para la izquierda sorpasiva se ha vuelto clave.

Íñigo Errejón, que muestra una visión política de más largo alcance y mayor elaboración que el histriónico Iglesias, acota con precisión los límites de ese acuerdo de mutuo beneficio. Es sólo un intento de que dos formaciones que nada tiene que ver entre sí sumen en esa jornada y rentabilicen los votos que a una de ellas, por las peculiaridades del sistema electoral, le sirven de poco a efectos de conseguir escaños. Por lo demás, "tenemos filosofías, campañas, discursos y organizaciones diferentes", advierte el vapuleado número dos de Podemos, que ganará peso en el futuro y seguirá en la política activa cuando su amigo castigador sea sólo una vocinglera estrella televisiva del sábado noche.

Errejón ha marcado siempre distancias con IU, con cuya estrategia tiene una discrepancia básica. Mientras que la organización en retirada que lidera Garzón quiere sumar desde la izquierda, la cabeza templada de Podemos defiende que el éxito de su proyecto de cambio depende de la capacidad para incorporar apoyos variados, ampliando su horizonte político a través de eso que llaman "transversalidad".

Con esas diferencias de fondo, ya es mucho logro que ambas formaciones alcancen un acuerdo de mutua conveniencia. Por sinceridad con el electorado, sería muy de agradecer que nadie cayera en la tentación de intentar vestirlo con ideas sublimes.

Compartir el artículo

stats