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Alberto Menéndez

Movida precampaña

Hace ya mucho tiempo que la vida política asturiana es de todo menos tranquila. Antes de que en el resto de España emergieran los partidos de nuevo cuño, en el Principado ya se produjo el fenómeno Foro, el partido liderado por Francisco Álvarez-Cascos, que llegó a ganar las elecciones autonómicas de 2011. Luego vino algo insospechado hasta entonces, unos comicios regionales anticipados, en 2012, en los que el PSOE recuperó el poder. Hasta que en 2015, en las nuevas elecciones, se produjo un vuelco en el mapa político regional con la irrupción de Podemos y Ciudadanos y la fuerte caída de Foro.

Con estos precedentes era fácil vaticinar que la precampaña actual, tal como ya había sucedido en la de las generales de diciembre, no iba a ser precisamente plácida ni sosegada. Pero es que, además, en los últimos días ha habido acontecimientos que tensan más si cabe el proceso preelectoral en la comunidad.

A los casos "Marea" y "Pokémon", que vienen atosigando últimamente a socialistas y populares, se unió el miércoles el escándalo del precio del palacete de "Villa Magdalena", en Oviedo, cuyo Ayuntamiento deberá pagar 33 millones más de los previstos tras una sentencia del Tribunal Supremo, por decisiones tomadas durante la época de Gabino de Lorenzo como alcalde. Evidentemente, el momento en que se ha dado a conocer este fallo es el peor posible para los intereses electorales del PP.

De otro tenor es la tirantez existente en el seno de los dos partidos más a la izquierda del arco parlamentario asturiano. Pero la hay. Y no es baladí, sobre todo, porque sólo falta algo más de mes y medio para los comicios. Lo sucedido en torno a la negociación de las candidaturas electorales entre Podemos e IU no ayuda, ni mucho menos, a que ambos grupos aborden con alguna garantía de éxito la confluencia de la que tanto hablan sus líderes nacionales, Pablo Iglesias y Alberto Garzón.

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