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Víctor Rivera

Un respeto para los guajes

El máximo reconocimiento a un equipo que ha vuelto a superar las previsiones más optimistas

Para que no haya ventajismo, va por adelantado el respeto y el reconocimiento a los guajes, a Abelardo y su cuerpo técnico, a los auxiliares y a todos los que hayan tenido algo que ver en el excelente comportamiento de este equipo que ha desafiado a la lógica, que ha superado los obstáculos más altos sin ayuda de nadie. El éxito es ya jugar el partido de esta tarde con aspiraciones serias de lograr la permanencia en Primera División. Algo impensable en el verano de 2014. Impensable incluso hace unos meses, cuando se supo que tampoco este año se podría fichar. La permanencia sería el éxtasis, la gloria misma para este puñado de guajes. Lo contrario, sería también digno de elogio. Por más que resulte doloroso.

Estamos ante un equipo de época. Le sonría o no la suerte, no sería justo valorar a este grupo por lo que suceda en un solo partido. La leyenda de los guajes se ha cimentado durante las ochenta finales que han disputado a lo largo de las dos últimas temporadas. Un equipo que ha vivido al día. Como si no hubiera mañana. Hoy son miles de almas las que vibran con este Sporting, pero el mérito es todo suyo. Han sido ellos, quienes han ido despertando a una afición dormida, quienes han ido convenciendo a los descreídos, quienes han sembrado la semilla de la fe. El mérito de estos guajes está en haber devuelto la ilusión a una afición maltratada durante años. A cambio, hay una generación entera que hablará a sus descendientes de la gesta de Abelardo y sus guajes.

Seguramente, el partido de esta tarde (suceda lo que suceda), será el último de este grupo. El verano será largo y todo apunta a que se ventilará el vestuario. El Sporting está en una buena situación para crecer (en Primera, sería óptima). Se espera que Abelardo siga al frente de un proyecto que no puede quedarse aquí y debe dar pasos firmes hacia un futuro mejor. Tampoco se trata de fichar en un verano lo que no se ha podido traer en tres años. La austeridad económica seguirá marcando el proyecto deportivo, a la espera de que asomen al primer equipo los talentosos miembros de la generación del 98. Muy mal se tiene que dar la cosa, para que futbolistas como Pedro Díaz o Mateo Arellano, no disputen este año algún partido con el primer equipo.

Es el ciclo de la vida, que en Mareo pasa muy rápido. Javier Fernández marcará las pautas del Sporting que viene. Se espera que lo haga con el consejo de Abelardo, con el que mantiene una gran relación personal. El objetivo, según se asegura desde el consejo, pasa por no vender futbolistas cruciales para el proyecto. El equipo quedará mermado con los que dejarán la entidad "motu proprio". Jony, Luis Hernández, quizá Bernardo? No será fácil conseguir a coste cero futbolistas como Halilovic o Sanabria. El gran reto es mantener a Jorge Meré, un futbolista que ha hecho demasiado ruido. No parece que esté en el escaparate.

Pero eso será mañana. La próxima semana. Los meses venideros. Hoy lo único que importa es ganar al Villarreal y que el Betis, siempre el Betis, frene al Getafe. El Sporting es experto en vivir en el alambre. La suerte hay que perseguirla hasta el final, hasta el último balón. Será una tarde de transistores. Si las noticias son buenas, se prepara una fiesta de las grandes, con la versión del "Soy de Verdiciu" creada por la comisión de fiestas de Granda como himno de la romería. Si los astros dan la espalda, será el momento de aplaudir a un equipo que se ha ganado el respeto de todo el fútbol español. Si el Sporting se va a Segunda, la Liga se lo pierde. Peor para ellos.

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