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Alberto Menéndez

En apoyo de Sánchez

No les queda otra. Los barones socialistas están obligados a cerrar filas en torno a su actual secretario general y candidato a la Presidencia del Gobierno en los comicios del 26 de junio, Pedro Sánchez. El líder de los socialistas asturianos, Javier Fernández, estará hoy junto a él en Madrid en el acto de presentación de las candidaturas electorales. Y pondrá la mejor cara, como la puso la andaluza Susana Díaz hace unos días en Móstoles cuando se encargó de dar el pistoletazo de salida a la carrera electoral de Sánchez.

Muy bien le tendrían que ir las cosas al actual número uno del PSOE dentro de cinco semanas para que pudiera seguir ostentando el poder. Y no van por ahí precisamente las encuestas conocidas en los últimos meses. Pedro Sánchez tenía que haber presentado su dimisión nada más haber conocido los resultados de los comicios del pasado 20 de diciembre. Era lo que hubiera sucedido en cualquier país europeo con peso democrático después de la contundente derrota socialista, su peor resultado electoral desde la instauración de la democracia en los años setenta del pasado siglo. Si lo hubiera hecho habría dado a su partido la oportunidad de recomponerse, de buscar una alternativa al fracasado Sánchez.

El relevo en la secretaría general del partido era la idea que llevaba en la cabeza el máximo responsable de la Federación Socialista Asturiana cuando acudió a la primera reunión del comité federal del partido tras el 20-D. Y así lo expuso al resto de los miembros del máximo órgano de decisión entre congresos del PSOE. Pero todo quedó en nada ante la persistente negativa de Sánchez a responsabilizarse de los nefastos resultados y, también, porque sin dimisión por medio los plazos estatutarios impedían un recambio del líder en unas condiciones razonables.

A partir de ahí Javier Fernández ha evitado una y otra vez pronunciarse públicamente sobre la estrategia seguida por el secretario general de su partido. Probablemente porque no la comparte, aunque esto es sólo una conjetura que él, lógicamente, está en su derecho de negar. Más ahora, con un PSOE en sus momentos más bajos y, por lo tanto, obligado a dar la imagen más unitaria posible. El acto de hoy en Madrid tiene ese objetivo.

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