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Javier Morán

El Cormorán

Javier Morán

La verja y San Gotardo

Es muy hermosa esa coincidencia de que casi al mismo tiempo hayan instalado unas verjas en las bocas de los túneles de la variante de Pajares y que en Suiza hayan inaugurado el túnel base de San Gotardo, una proeza de la ingeniería ferroviaria, con sus 57 kilómetro de longitud, que lo sitúan en el primer lugar del mundo. Lo suizos han ido pasito a pasito desde que en 2003 se pusieron a la faena, después de varios años de estudios, cálculos y proyectos. Aquí, en cambio, sabe Dios lo que se proyectó y las prevenciones que se tomaron, porque lo que iban a ser túneles ferroviarios se convirtieron en túneles de lavado de trenes, inundados por choros de agua que le están robando todos los días a la vecina provincia de León. Además, se concibió el paso por Campomanes pegado a la ladera más cabrona del mundo, que todavía no ha parado de deslizarse hacia las vías y que nadie sabe si se logrará detener con ingentes cantidades de hormigón y de otros materiales. En cuanto a las últimas noticias, versan precisamente sobre dicha verja que cierra la entrada a los dos tubos del túnel. No, no se trata de un nuevo ingenio ferroviario, ni de un disparate de los chistes de Gila -que provocaría la parada del convoy que el maquinista se bajara para abrir la verja, para que después la cerrara el interventor-. No, lo que la verja trata de impedir es que los que viven de la chatarrería se introduzcan en la Variante para aligerarla de peso. ¿Pero es que no hay nadie vigilando? No, es que ya casi no hay nadie trabajando.

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