Tras el pacto electoral firmado con Podemos y las declaraciones de Pablo Iglesias aventurando que el acuerdo va a ser de largo recorrido, vaticinar cuál va a ser el futuro político de IU no es fácil. Y más en Asturias, donde la coalición de izquierdas, a diferencia de la mayoría de las regiones, tiene una presencia institucional y organizativa muy relevante, con alcaldías importantes y un grupo parlamentario propio en la Junta General del Principado.
El mayor temor de los dirigentes regionales de IU críticos con el pacto con Podemos es que el partido de Pablo Iglesias los acabe absorbiendo. Y es evidente que ello puede suceder si la coalición que lideran Manuel González Orviz y Gaspar Llamazares no encuentra su propio espacio político, diferenciado del de los morados, del que ocupan Daniel Ripa y Emilio León. Pero, a la vez, al menos en el actual periodo electoral, tiene que dar una imagen si no de unidad, sí al menos de cierta confluencia estratégica.
Cualquier actuación protagonizada por su portavoz parlamentario, Gaspar Llamazares, va a ser observada con lupa por parte de sus ahora socios electorales. Pero también por los socialistas, cuyo único amparo más o menos permanente en la Junta General es el de los diputados de IU. Perder este respaldo tendría un gran significado para el Gobierno del PSOE, más por lo que simboliza que por lo que realmente implica para la gobernabilidad de la autonomía, ya que la suma de sus votos en la Cámara es muy insuficiente.
Llamazares exigió ayer al Ejecutivo de Javier Fernández la retirada del decreto de plazos de listas de espera sanitarias. Y, como no podía ser de otra manera, puso en alerta al Gobierno socialista y entusiasmó a los podemistas. El portavoz de IU es consciente de que intermediar entre ambas fuerzas es, al menos por el momento, imposible. Pero también sabe que el "frentismo" sin más no es el camino adecuado para IU.
