Más que de una legislatura, como es lo normal, de lo que se hablará, de lo que se hará balance en la campaña electoral (poco, si nos atenemos a lo escuchado y visto hasta el momento en la ya larga precampaña) es de un interregno, del semestre en el que los partidos españoles mostraron sus enormes carencias políticas, su incapacidad manifiesta para poner los intereses del país por encima de los particulares. Retrotraerse al final de la legislatura anterior, a la que se dio por finalizada con ocasión de los comicios del pasado 20 de diciembre, no tiene ahora ningún sentido. El análisis de esos cuatro años anteriores con mayoría absoluta del PP ya se hizo en su momento.
Ahora, aunque resulte chocante, toca sacar conclusiones de los algo más de seis meses que España lleva con un Gobierno en funciones. Pero de lo que se trata no es de examinar la labor del Ejecutivo (que si estaba ahí era porque no le quedaba otra), sino la de los diferentes grupos parlamentarios que negociaron -al menos eso es lo que dicen- en busca de la gobernabilidad del país. Lo único distinto que hay respecto al 20-D es el fallido proceso de investidura de un presidente. Porque las propuestas electorales de unos y otros poco o nada pueden cambiar ya que nada se ha hecho por parte de nadie en el último semestre.
Parece lógico, por lo tanto, que todas las encuestas electorales aparecidas en las últimas semanas vaticinen un aumento de la abstención. Lo que se constata con ello es el hartazgo de la ciudadanía, un hastío que no diferencia entre la vieja y la nueva política, entre los partidos más tradicionales y los emergentes. Todos han dado una mala imagen en este cansino interregno, pero tal parece -siempre según los estudios demoscópicos- que el más perjudicado electoralmente -a sólo tres semanas de los comicios- va a ser el PSOE. No obstante, hay que recordar que en el pasado diciembre los sondeos colocaban a Ciudadanos por delante de Podemos y que al final, en las urnas, la formación de Pablo Iglesias quedó bastante por delante de la liderada por Albert Rivera.
