La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cien líneas

Bilderberg

Así que del jueves al domingo reunión del club Bilderberg -ya saben, los amos del mundo- en Dresde, una ciudad con inequívocos y terribles ecos de manera que más de uno dirá que se trata de una indirecta feroz.

El mundo no tiene amos, hay que empezar por ahí. Los que se reúnen esta vez en la urbe germana -en España lo hicieron en La Toja y en Sitges, si no me equivoco- tienen mucho poder pero sobre todo disponen de una idea del planeta que incluye una reflexión sobre el pasado y el presente -son lo mismo, aunque no se suele entender así- y también sobre el curso a seguir. Eso les da mucho más poder que el manejado a diario con el clásico control de las monedas, las energías, las armas, los medios y los valores culturales y sociales.

¿Y qué quieren? Es obvio, derribar barreras. Viva el libre mercado y riqueza para todos. Sobre todo para ellos: la pasta para quien la trabaja... a esas escalas.

El programa general de los Bilderberg, que a fin de cuentas es el llamado Nuevo Orden Mundial, en el que concursan y concurren otros grupos similares, me parece acertado. Otra cosa son las determinaciones concretas.

Hay que derribar barreras. El proceso, en los términos actuales, empezó hace dos siglos -se denomina capitalismo- y la riqueza se ha multiplicado por cien o más. El problema está en quién capitanea los pasos a dar porque los criterios pueden ser y son muy diversos. Ahí sigue vivo el juego de los viejos y nuevos imperios. A mi juicio a los Bilderberg les falta, por paradójico que parezca, una visión realmente global.

Compartir el artículo

stats