El PP asturiano entra dividido en la campaña electoral oficial. Dos decisiones judiciales, las referidas a los pagos multimillonarios de "Villa Magdalena" y el Calatrava, en el Oviedo gobernado por los populares son las causantes de las desavenencias, pero también es cierto que la actual presidenta regional del partido conservador, Mercedes Fernández, más que esquivar la polémica la ha favorecido. Lo que no es algo nuevo, ya lo hizo cuando acudió a declarar en el Juzgado de Lugo en el que se tramita el "caso Pokémon".
Es como si la actual dirección del PP asturiano, ante la cercanía de las elecciones generales, se quisiera distanciar de la controvertida gestión del partido en Oviedo durante las alcaldías de Gabino de Lorenzo y de Agustín Iglesias Caunedo. Que Mercedes Fernández diga públicamente que "las cantidades" que deberá pagar el Ayuntamiento ovetense (55 millones de euros) "son astronómicas y a mí me asustan" no deja lugar a dudas del malestar de la presidenta del PP. Pero es que, además, les pide a ambos que asuman "responsabilidades" por las decisiones tomadas y les exige que "salgan a la palestra" para dar explicaciones a los ciudadanos.
Si hace unos días fueron los integrantes del sector crítico con Mercedes Fernández (entre los que, por supuesto, se encuentran De Lorenzo e Iglesias Caunedo) los que se reunieron para preparar los pasos a seguir para proceder a su sustitución en el próximo congreso regional (y lo hicieron sin importarles la cercanía de los comicios), ayer fue la propia líder del PP asturiano la que no se cortó a la hora de criticar la labor de los dos exalcaldes respecto a "Villa Magdalena" y al Calatrava a las puertas de la campaña electoral.
La actualidad judicial es la que es. Que noticias como la referida al Palacio de Congresos de Buenavista perjudican al PP es algo obvio. Pero inevitable. Las movidas internas en el PP, no, las movidas internas son producto de decisiones políticas personales y, por lo tanto, eludibles. Pero por lo visto últimamente en el partido conservador asturiano la división es tan grande que ni siquiera la intentan disimular.
