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Cien líneas

Urgencias

A Mercedes Fernández, todavía jefa del PP asturiano, no le queda otra que expedientar -digo echar del partido-, de forma urgentísima, a Gabino de Lorenzo y a Agustín Iglesias Caunedo. No tiene parte en los disparates -¿sólo disparates?- encadenados que han arruinado a Oviedo, pero dentro de una semana será corresponsable si no los larga por la vía rápida.

Pedir explicaciones es una broma de mal gusto. Ya las ha dado el juez. Además, cuatro frases de disimulo y cantinfleo no valen nada. Y no es aceptable que se lleve las manos a la cabeza espantada diciendo que "las cantidades asustan".

El tinglado era conocido desde hace un montón de años. Menuda sorpresa.

No puede hacer como el presidente Javier Fernández -cada día me cae mejor- cuando cazaron a Fernández Pilla con un saco de pasta al hombro: venga a rasgarse las vestiduras supersorprendido. ¡Pero si había sido su jefe y mentor directísimo desde el Neolítico!

Al menos Fernández echó a Fernández -a Pilla- en un parpadeo. Eso debe imitar Fernández -Cherines, en este caso- y, zas, fuera del PP los que han arruinado a Oviedo.

No hará tal, me temo. Jaime Reinares, del mismo clan, fue condenado a un año de cárcel ¡y no dimitió! Venga debates bizantinos sobre las responsabilidades políticas de imputados o investigados y continuó tan campante.

De Lorenzo e Iglesias seguirán mientras una millonada de deudas recae sobre los hombros de todos los carbayones. Espero que este mismo verano se funde un partido de centro derecha en Oviedo.

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