La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La esquina

Un dato revelador

Rossen Milanov, director titular de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), confesaba en la entrevista que publicó este periódico anteayer que Gijón es la ciudad en la que más se mueve el mercado de los abonos para los conciertos de la orquesta. Un dato revelador, que se confirma cada jueves que la OSPA ofrece concierto en el Jovellanos, pues la mejoría en la ocupación de las butacas es evidente. El dato revela, simplemente y nada menos, que la leyenda de que Gijón daba la espalda a la buena música es un mito tan falso como el de los duros a cuatro pesetas.

No hace mucho, cuando se programaron óperas en el impresionante patio de la Laboral, aparecieron feroces ataques a la iniciativa porque los cantantes, santo Dios, portaban micrófonos que acercaban sus voces a los espectadores en aquel magno escenario. Como si los Tres Tenores, el simpar invento del ilustre gijonés Aquiles Tuero, no usaran de esos artilugios para sus masivos conciertos.

Pues bien, el dato que ofrece Milanov sobre Gijón es revelador de que la ciudad sufre cambios a mejor, y uno es el del aprecio a la música clásica. El colosal concierto del jueves, con obras de Brahms y Richard Strauss, con cien músicos en el escenario y un entusiasmo enorme entre los espectadores que casi llenaron el coliseo de Begoña, fue la penúltima prueba de cómo está calando el amor por los clásicos y la pasión por escucharlos. Un dato revelador que tiene que llenar de orgullo a la ciudadanía y que ha servir de meditación.

Compartir el artículo

stats