Más de lo mismo en el debate del lunes que, en cualquier caso, ha servido para dar un empujón al presidente en funciones, evidente mal menor ante la bisoñez de los tres aspirantes cuyo lema principal podría resumirse en el obsesivo "todos contra Rajoy". El presidente en funciones no lo hizo mal esta vez dentro de la jaula de los leones.
Entre vanas acusaciones, manejo de datos discutibles y cartas a los Reyes Magos, la situación queda en veremos y podría resumirse en aquel alegato del simpático ministro franquista que fue José Solís: "Somos los que somos y estamos donde estábamos"? ¿Es esto malo? Probablemente no.
Estos meses perdidos han servido por lo menos para clarificar posturas y contribuir a poner a cada cual en su sitio. Con Rajoy, es lo que hay. Pablo Iglesias, con toda su asombrosa locuacidad y una imagen estudiada y rompedora que ha encandilado a radios, periódicos y televisiones, ha tenido que cambiar de estrategia moviendo ficha hacia una inventada socialdemocracia que haga olvidar, ente otras, sus veleidades a la venezolana.
Albert Rivera, por su parte, deja claro que lo mismo le da carne que pescado en su patente afán de protagonismo narcisista y hasta un poco pueril. "Remember" su foto desnudo y sus veleidades en Andalucía. En fin, el pobre Sánchez, en su recurrente afán de vampirizar a Rajoy ("Los que le votan son los ricos" dice), ha dado un paso más para volver a la nada.
En definitiva, un debate mirando al pasado con escasa proyección de objetivos estimulantes y, además, sin poner el foco en una serie de aspectos de la actualidad social y política que reclamarían atención prioritaria de quienes aspiran a regir los destino nada menos que de una vieja nación, madre de mundos y decisiva en la historia del Occidente más civilizado.
No fue debatido en serio el prioritario concepto de la unidad de España, tan amenazado. Ni las previsiones reales de cada formación política sobre problemas actualísimos, como el de los refugiados, el terrorismo internacional, el sistema educativo, el judicial, la reforma de la ley electoral, la libre iniciativa, las autonomías, la defensa de la vida naciente, la protección a la familia?
¿Otra vez será?
