La Nueva España

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Exgerente de Valnalón e impulsor de la educación emprendedora en España

La tragedia de la educación en España

Un sistema educativo incompatible con la era del conocimiento

La entrevista al profesor Rodolfo Gutiérrez, que publicó LNE el pasado día 29 de mayo, me sirve de introducción para insistir en el tema y añadir algunos datos más que considero importantes. El título del artículo ya es suficientemente revelador: "El riesgo de pobreza alcanza ya a quienes no han completado el Bachillerato o la FP. Cada vez se necesitan niveles de estudios más elevados para huir del paro crónico". El estudio aludido está enfocado a analizar las nefastas consecuencias sociales causadas por el hecho de que cada vez se exige una formación de mayor nivel a la hora de lograr un empleo. Yo, por mi parte, voy a dedicar este artículo a analizar los cambios que ha sufrido nuestra sociedad, para que llegue a producirse este fenómeno, las causas del mismo y las posibles soluciones.

¿Cuál es el problema? Sin duda, la pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿qué ha pasado y qué está pasando en el mundo para que nos veamos en esta situación si hace cuatro días la gente sin estudios tenía trabajo? Es más, muchos jóvenes abandonaron las aulas sin finalizar sus estudios, ni siquiera la ESO, para ir a ganar más de 1.000 euros al mes en la construcción, el turismo, etc.

Vamos a acercarnos a las causas: Han pasado muchas cosas en los últimos 30/40 años, que han contribuido a destruir ingentes cantidades de mano de obra sin cualificar. Las más importantes son las siguientes:

? La llegada de los ordenadores personales, los autómatas programables, internet y la robotización de las cadenas de producción (la robotización de aquella época). Lo que se llamó, la industria 3.0.

? La globalización de la economía. La competencia de los productos de China y otros países de la zona.

? La entrada de España en la Unión Europea, que también provocó mucho desempleo. Por una parte, debido a la dura reconversión industrial que sufrió una buena parte de la industria española, como consecuencia de su obsolescencia. Y, por otra, como consecuencia de la propia competencia de muchos países de la Unión, que producían más barato que nosotros.

¿Y el futuro próximo? El "terremoto" no ha terminado. Está asomando, dicen que en el horizonte del año 2020, la industria 4.0. Y, ¿qué nos quieren decir con este nuevo "numerajo"? La industria 4.0 agrupa todos estos conceptos que oímos a diario, que representan el "futuro más prometedor" y que no somos capaces de entender ni bien ni mal: robots autónomos (cadenas de producción inteligentes, capaces de aprender y tomar decisiones), impresión 3D, realidad aumentada, internet de las cosas, simulación, big data, ciberseguridad ? Pues todo esto, que suena a futuro perfecto, representa, al mismo tiempo, una amenaza cierta de destrucción de otra parte importante de empleo... Los más pesimistas dicen que hasta un 45% de las tareas que hoy realizan trabajadores de cuello azul o blanco (también blanco) podrían ser ejecutadas por máquinas? Y eso sería posible ¡aplicando, simplemente, las tecnología de las que disponemos en este momento! Y en el plazo de unos 10 años? Confieso que, por edad, no me aclaro mucho en este mundo de las nuevas tecnologías, que ya no tienen nada de nuevas, pero puedo afirmar que todo lo que digo más arriba no es ciencia ficción, no es "realidad virtual": está aquí mismo, a la vuelta de la esquina.

Las soluciones: Y, ante esta situación, ¿qué podemos hacer? ¿Oponernos? Eso ya se probó en otros momentos de la historia y no dio resultado. No serviría de nada. La única solución, a medio plazo, pasa por resolver dos problemas muy serios que nos acompañan a los españoles desde hace demasiado tiempo: la educación y la innovación, el famoso I+D+i. En este artículo, me voy a centrar en la educación, en la influencia que puede tener un determinado sistema educativo en solucionar o empeorar una situación como la descrita.

¿Tenemos a nuestras personas en edad de trabajar suficientemente formadas? ¿Tenemos el sistema educativo adecuado para dar respuesta a las necesidades de la era del conocimiento, en la que estamos desde hace al menos 30 años? La respuesta es clara y contundente: no. Baste analizar unos cuantos datos de distintos informes de la Unión Europea, el Instituto Español de Estadística y el MEC que, por cierto, no se ponen muy de acuerdo.

Sin duda, lo más llamativo es la abismal diferencia entre el alumnado español que no termina ni Bachillerato, ni Formación Profesional, ni Universidad, que es un 48%, en comparación con Alemania (14%) o la media de los países del entorno (26%). Aquí, es conveniente recordar las conclusiones del estudio del profesor Rodolfo Gutiérrez: este perfil de ciudadanos, que yo afirmo que es un 48%, va a tener muchas dificultades para encontrar trabajo, en este momento y en adelante. El paro crónico de este país tiene mucho que ver, desde mi punto de vista, con la insuficiente preparación académica de los trabajadores de a pie. Aquí, seguramente, tenemos le respuesta a la pregunta de por qué el paro en España es siempre el doble que la media europea.

Otro dato importante, que aparece en el cuadro, es que las personas con estudios universitarios terminados rondan el 30%. Es necesario aclarar que no es cercano al 40%, como se dice. Algunos hacen trampa denominando a este grupo "estudios superiores", en vez de "universitarios" y sumando los de FP de grado superior a los universitarios? También debo decir que nunca sobran personas bien preparadas. Ojalá terminaran sus estudios universitarios muchas más personas, siempre que cumplan las condiciones siguientes:

? Que estudien la carrera que les guste y para la que estén más dotados, con disciplina y trabajo.

? Que consideren los estudios universitarios como una plataforma necesaria, pero no suficiente, para desarrollar su vida laboral.

? Que no descarten trabajar en algo distinto a su formación académica, siempre que sea de un nivel adecuado y satisfaga una de sus múltiples vocaciones.

? Que tengan clara la absoluta necesidad de hacer una formación continua que les permita, incluso, cambiar de profesión. (En los próximos años, desaparecerán muchas profesiones con toda seguridad? y aparecerán -están apareciendo- otras)

Siguiendo con el análisis de los datos del cuadro, tendremos que ver qué hacemos mal para tener solo un 3% de alumnos excelentes, frente al 8% de los países de nuestro entorno. Por supuesto, me niego a admitir que los cerebros de nuestros jóvenes sean menos potentes que los del resto de la OCDE. ¿Será que los medimos con un "metro" distinto o que no los dejamos crecer convenientemente? ¿Tendrá algo que ver con el error español de confundir ambición con codicia?

El cuadro es una radiografía que define perfectamente los resultados de nuestro sistema educativo. ¿Es extraño que sea así, cuando, como se ha dicho, fue diseñado para dar respuesta a las necesidades de una época: la era industrial que, como se ha dicho, no existe desde hace al menos 30 años? ¿Podríamos encontrar unas cifras más "optimistas"? Seguramente. Las cifras del cuadro fueron tomadas de diferentes fuentes y pudieran tener inexactitudes. Pero esas inexactitudes no representarían diferencias más allá del 10%. De hecho, de los gráficos que aparecen el artículo del profesor Rodolfo Gutiérrez puede deducirse que, para edades comprendidas entre 24 y 32 años, los universitarios (hombres) representan un 25% y las universitarias (mujeres) un 40%, mientras que las personas que no han conseguido acabar estudios de FP, Bachillerato o Universidad alcanzan a un 40% de los hombres y a un 26% de las mujeres.

Ante un sistema educativo tan deficiente como el que tenemos, debemos seguir con unas cuantas preguntas más, que tienen que ver, claramente, con el futuro de nuestro país:

¿Cuál es la relación entre el nivel educativo de un país y la capacidad de innovación? ¿Y la relación entre el nivel de innovación y el de competitividad? ¿Y entre la competitividad y el empleo?

¿Cuál es la relación entre el nivel educativo de un país y el miedo al fracaso, la aversión al riesgo, la falta de espíritu de lucha, la baja cultura de trabajo??

La respuesta es la que todos sabemos: sin una educación acorde con las necesidades del país, no hay futuro posible, o este va a ser, necesariamente, malo... Y ¿qué deberíamos hacer para mejorar la enseñanza en este país llamado España? Unas cuantas cosas:

? Estar convencidos de que necesitamos dar un vuelco a la educación.

? Evitar, por todos los medios, buscar culpables. Todos tenemos alguna culpa. (Lo más fácil, y la manera más segura de no cambiar nada, sería echarles la culpa a los enseñantes, a los políticos, a las familias?).

? Ser conscientes de la gravísima situación en la que estamos, como país, y los riesgos a los que estamos expuestos.

? Buscar soluciones entre todos. No será una buena solución la que tomen, por su cuenta, solo los políticos o los enseñantes? Toda la sociedad debe ponerse en pie y buscar y facilitar la solución. Al final, serán los representantes políticos los que tengan que liderar el proceso, pero escuchando a la sociedad en general y reflexionando con ella. Dice el profesor José Antonio Marina que "?para educar un niño, hace falta toda una tribu?". Por tanto, hace falta consenso político, social, con las familias (sin ellos es imposible?), con el profesorado (que son los que saben cómo y serían capaces de hacerlo?). Y hay dos colectivos cuya opinión resultaría muy valiosa, hoy día: los ingenieros que están liderando la nueva revolución industrial 4.0. Aquellos, cuyo objetivo es "ahorrar" mano de obra a la industria del futuro y los expertos en las nuevas tecnologías y su aplicación a la sociedad y a la educación.

? Ver cómo lo hacen otros países. Modelos: Singapur, Finlandia, Corea del Sur, Estonia...

? No presumir de nuestros malos resultados, engañándonos? Cuando se publican los resultados del Informe PISA, los responsables políticos de Educación, sean del color que sean, salen presumiendo de que su región está unas décimas por encima de la de al lado? cuando lo cierto es que tenemos un 30% de fracaso escolar (ahora denominado abandono temprano??) en la mayor parte de las regiones. (Un 48% si tenemos en cuenta la suma de todas las personas que no tienen estudios o que solamente han terminado la ESO) Y, además, estamos en el puesto cercano al 30, de los 44 países que analiza PISA, cuando nuestra economía está en el 12? y, a decir verdad, viene bajando desde el 8?

? No seguir pidiendo más dinero para educación. Solo sería una disculpa para retrasar la búsqueda de la solución definitiva. Invertimos en educación el 4,23% del PIB (bajamos del 4,99, en 2009) y, según los expertos, por encima del 3,5% del PIB parece que no es problema de dinero. Es problema de poner la educación como primera prioridad del país, tener el mejor profesorado y la mejor organización y, por encima de todo, creérselo.

El trabajo no es fácil. Tendremos que hacer un plan a 30 años, sabiendo que cada dos, como máximo, será necesario hacer una adaptación. Los estudiosos dicen que dentro de 10 años habrán desaparecido, por ejemplo, todas las profesiones de trabajos manuales susceptibles de ser realizados por una máquina o un ordenador. Y habrán nacido otras que ni siquiera alcanzamos a adivinar. Y, para ese cambio continuo, esa incertidumbre, tendremos que preparar a nuestros alumnos de hoy?

Y recuperar a los que se nos han quedado atrás, sin estudios. Y dar un fuerte impulso a la formación permanente, que también lo necesita?

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