Se cumple esta semana el primer año del actual mandato municipal, el segundo de Foro Asturias al frente del equipo de gobierno de la ciudad. A diferencia del anterior, el espectro del Pleno del Ayuntamiento es más plural, con nuevas piezas sobre el tablero municipal y una nueva relación de fuerzas que mantiene en permanente cuerda floja a un equipo forista en minoría, incapaz ya de sacar adelante un presupuesto anual.

La prórroga presupuestaria es en cierto modo metáfora de la situación de tiempo añadido en que se encuentran la alcaldesa Moriyón y sus siete concejales, en un plenario en el que los grupos de izquierda -PSOE, Xixón Sí Puede e IU- suman mayoría. En estos primeros doce meses, Foro no ha logrado sacudirse un cierto temor de interinidad, con una permanente amenaza de moción de censura sobre la mesa de Alcaldía. Ese miedo a verse descabalgado explicaría el sorprendente acercamiento casquista a la marca local de Podemos en Gijón desde el minuto uno del mandato. Xixón Sí Puede es el grupo municipal que más concesiones obtiene del gobierno forista. Por ese motivo, de la situación de inestabilidad política en el Ayuntamiento la que más réditos obtiene es la formación podemista, que gestiona con habilidad una estrategia de palo y zanahoria al equipo gobernante.

Salvo que el resultado de las elecciones generales del próximo domingo abra un nuevo escenario de relaciones entre los partidos de la izquierda a nivel estatal, la moción de censura en Gijón es hoy por hoy impensable. Y no porque no confluyan propuestas e intereses comunes en beneficio de otra forma de gestionar la ciudad diferente al modelo moriyonista, sino por las viejas rencillas entre socialistas y podemistas, que si a nivel regional son frecuentes y agrias, en esta ciudad se antojan además irreconciliables.

Cumplido un año de mandato, poco camino se ha avanzado en la solución de los grandes asuntos de interés municipal: el plan de vías acumula nuevos retrasos, sin una definición aún de la ubicación exacta de la futura estación intermodal y sin garantías de poder vender las parcelas que generarían los ingresos necesarios para llevar a cabo la ambiciosa actuación ferroviaria. Sigue sin resolverse el grave problema de la contaminación en la zona oeste de la ciudad, con frecuentes alarmas en las mediciones de partículas nocivas para la salud, y si el de los malos humos era poco problema ambiental viene ahora a sumarse el del saneamiento, con la anulación judicial de la estación depuradora de El Pisón, lo que obliga a echar al mar, sin depurar, las aguas residuales de 150.000 gijoneses.

Doce meses dan tiempo para sentar las bases del funcionamiento municipal y para reclamar a los grupos municipales capacidad de diálogo y de consenso de cara a resolver los principales problemas que afectan al ciudadano y acabar con la atonía que sufre la ciudad. Numerosos asuntos que requieren respuesta municipal con frecuencia quedan en el limbo en parte por la falta de entendimiento entre quienes ocupan los escaños del salón de plenos, que están obligados a colaborar en el bien común, aparcando diferencias e intereses partidistas.