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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Como Caín y Abel

En la izquierda gijonesa se quieren como hermanos. Como Caín y Abel. No sabría discernir uno, sin embargo, quién es el hermano bueno y quién el malo, o quién atesora más méritos para granjearse la confianza y el beneplácito de la divinidad, que en democracia no es otra que el ojo omnisciente del electorado. Queda al albedrío de cada cual, de sus afectos políticos y sensibilidades ideológicas decidir ponerle nombre al papel que desempeñan PSOE y Xixón Sí Puede en la tragicomedia neotestamental del desencuentro de los dos partidos que aspiran a liderar todo lo que se mueve del centro a poniente del espectro local.

Lo único seguro es que unos y otros esgrimen una quijada de mula como arma arrojadiza del común fratricidio, con el ánimo de desterrar del territorio electoral gijonés al hermano malquerido, condenándolo, como en el relato del Génesis, a vagar por la tierra o a quedar reducido a comparsa o figurinista.

Lo cierto es que ambas formaciones políticas escenifican día a día en esta ciudad un mírame y no me toques de bíblicas proporciones. Si las cosas fueran como Dios manda, Abel sería la derecha y Caín la izquierda: los agricultores contra los pastores, los sedentarios contra los errantes, los instalados burgueses contra los románticos aventureros. Pero allá cada cual con sus cuitas. ¿Acaso soy yo el custodio de mi hermano?

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