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Voy a votar, pero me va a costar...

Las numerosas dudas a las que se enfrenta el elector

Apenas hace seis meses de las últimas elecciones y ya estamos de nuevo con las urnas a cuestas. Esto empieza a ser tedioso, sobre todo cuando lo único que se escucha de los políticos son descalificaciones o insultos entre sí, a pesar de que, con frecuencia, muchos de ellos habían sido compañeros bajo las mismas siglas, pero no se les oye hablar de los problemas que angustian a una mayoría de los españoles. Más que grupos políticos, bajo las siglas se esconden grupos de presión económica -parece que ignoramos el principio de la convivencia democrática: respeto mutuo y respeto hacia las ideas de cada uno, pero no, todos queremos imponernos sobre el contrario, la razón es sólo, nuestra razón.

Voy a votar, pero me a costar... así se expresaba Cayo Lara con Garzón a la hora de la transferencia de poderes en la secretaría de IU, porque, en el fondo, este militante del PCE, ex coordinador general de IU, es consciente de que da el voto a una coalición, pero que éste fácilmente se quede en el socio dominante.

Era necesario acabar con el rodillo del bipartidismo y así se logró; sin embargo, afloraron tantas nuevas siglas con el deseo de regenerar la vida política de este país que ahora el votante se encuentra tan confuso como el exsecretario de IU. Los ciudadanos desean votar a unos, pero temen que el voto caiga al otro lado de la valla, justo en la finca del vecino con el que no se hablan.

La regeneración y la limpieza de corruptos era muy necesaria, porque las corruptelas han sido la causa del hundimiento histórico de muchos pueblos y del fracaso de muchas democracias, pero, sobre todo, ha sido la causa de muchos éxodos y atrocidades, porque los pueblos solamente tienen la esperanza y la fuerza del voto, y, cuando este voto es manipulado, al pueblo solamente le queda hambre y miseria, eso sí con una promesa incumplida. ¿Quién no conoce la frase de "una cosa es predicar y otra dar trigo" o esa otra de "pasó el santo, pasó la devoción"? El santo, en esta ocasión, se quedó en la urna que volverá a ser almacenada en cualquier lugar hasta la próxima convocatoria.

¿A quién votar? He aquí la pregunta del millón. Ahora estamos en una nueva campaña y nuevos programas -¿ nuevos programas en apenas seis meses?-; será que acaso quieren justificar lo que han cobrado hasta hoy, a pesar de no haber sido capaces de renunciar a las apetencias personales en beneficio del pueblo. Además contamos con las mismas caras, no han sido capaces de ponerse de acuerdo, pero tampoco han sido capaces de dimitir en bloque y dar paso a otras opciones. Como dijo Cayo Lara: nos va a costar...

Creo en la regeneración, pero desde el punto de vista de la sensatez y la justicia me asustan los seres "mesiánicos" con discursos altisonantes desde su posesión de la verdad ofreciendo todo tipo de prebendas (todo para el pueblo...), pero sin decir de dónde lo van a sacar. Me asustan esos que se aferran al cargo y son incapaces de reconocer sus fracasos, los que crean sobre el papel cientos de puestos de trabajo pero con los fondos públicos, sin explicar de dónde sale el dinero y siempre, frente a las críticas se justifican: ¡eso es el chocolate del loro...! .A la vez tiramos contra los empresarios que son los auténticos creadores de puestos de trabajo, y que si alguno no ha tenido un buen comportamiento, por lo general, es que detrás andan los políticos. ¿Quién no se acuerda de las facturas falsas de IVA? Tenemos que tener en cuenta que la corrupción está en la persona y en los grupos, al margen de profesiones, credos o ideologías. ¿Lo solucionaremos con estas elecciones?, ¿se arreglará lo del paro?, ¿se puede mantener el Estado del bienestar?... Y para colmo de males, mientras dudamos si son galgos o podencos, nuestra dorada Europa se quiebra cuando aún no se había consolidado, y al igual que los insectos acuden a la luz estrellándose contra el calor, así los emigrantes y refugiados dejan sus vidas en las aguas y las playas, deslumbrados por el glamour del Viejo Continente, y éste es otro gran problema, un nuevo caballo de Troya.

Si te doy mi voto, aunque me cueste, ¿qué harás con él?

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