Feve se muere a ojos vista. Cómo será la cosa que ahora se llama Renfe métrico o de ancho métrico o como sea. El caso es que los trenes no llegan porque ni salen y el número de usuarios cae en picado.

Hace un cuarto de siglo se produjo la exaltación de Gabino de Lorenzo a la alcaldía de Oviedo. Confirmó la construcción de un metro en la capital asturiana, propuesta que ya había lanzado desde la oposición.

Quedó en nada. En vez de meterse en un proyecto ambicioso acabó optando por lo contrario y se desmontaron las vías férreas internas a la ciudad.

La idea venía de muy lejos, a caballo de una mentira gigantesca: el Cinturón de Hierro que ahogaba el desarrollo de la urbe. Los vías y los puentes como testigos bien visibles estaban en la cuesta la Vega, Martínez Vigil, el Postigo, General Elorza y avenida de Pumarín. Quiero decir que Oviedo había desbordado ese supuesto corsé muchas décadas atrás y se extendía hasta Colloto por señalar solo uno de sus vectores de crecimiento. Un engaño colosal potenciado con un eslogan aún más tramposo: Cinturón Verde.

Quitar unas vías que asfixiaban a la ciudad -falso de toda falsedad- para establecer un corredor vegetal maravilloso. ¿Alguien ha visto alguna vez ese cacareado Cinturón Verde? Fue una estafa tremenda que sirvió para traficar con un montón de metros cuadrados. Unos cuantos se forraron y Oviedo resultó gravemente perjudicada con el Cinturón de Cemento que levantaron.

Pues ahora con Feve, o como se llame, lo mismo y en toda Asturias. Un superpelotazo a punto.