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Alberto Menéndez

El PP sí pudo, Podemos, no

El triunfo que abre el camino a la unidad de la derecha regional y el fracaso de la coalición de izquierdas

El PP (con la colaboración de Foro) ganó cómodamente las elecciones en Asturias, y Podemos (en este caso con la muy escasa cooperación de IU, según reflejan los porcentajes de votos escrutados) no dio ninguna sorpresa: ni quedó por delante del PSOE, ni mucho menos tuvo opción alguna de ser la candidatura más votada en el Principado, tal como habían previsto algunos de sus candidatos al Congreso (vistas ahora, estas declaraciones suenan a chiste).

El único partido asturiano que subió en votos y en porcentaje fue el PP. Y además, con suficiencia: unos 20.000 sufragios más, cinco puntos por encima de los resultados del pasado mes de diciembre. El PSOE mantuvo el tipo no sólo porque subió ligeramente, sino porque continúa como segunda fuerza política, por delante de Unidos Podemos, la gran derrotada de los comicios en la región no tanto por el número de votos y de escaños conseguidos como por las expectativas que ellos mismos se habían marcado y que finalmente no pudieron cumplir. También bajó Ciudadanos, pero a diferencia del partido morado, como a lo que aspiraba el naranja era a mantener su diputado y lo logró, se dio por satisfecho.

En resumen, los partidos tradicionales asturianos salieron no sólo vivos de estas segundas elecciones generales en sólo seis meses, sino con la sensación de haber recuperado terreno respecto a los emergentes, que ya no lo son tanto.

El partido liderado por Pablo Iglesias tenía puestas grandes esperanzas en la unión con IU en Asturias, no así una buena parte de los dirigentes regionales de la coalición que encabeza Alberto Garzón. Éstos eran conscientes desde un principio de que su candidato, el coordinador autonómico de IU, Manuel González Orviz, no tenía ninguna posibilidad de salir elegido. Y lo sabían desde que el partido morado impusiera que fuera el tercero en la lista, por detrás de las dos personas de confianza de Pablo Iglesias en Asturias.

Para demostrar que la coalición Unidos Podemos en Asturias no funcionó sólo hace falta hacer unas sencillas sumas. Por separado, Podemos e IU sumaron 185.567 votos el 20 de diciembre. Ayer, los dos partidos juntos, alrededor de 140.000.

Habrá que ver ahora qué recorrido tiene esta confluencia de los dos partidos de la izquierda en la región: si todo va a seguir como hasta ahora, cada uno por su lado, o intentarán buscar actuaciones conjuntas. No es ésta una cuestión baladí, ya que de lo que decidan se va a ver afectado el Gobierno socialista de Javier Fernández, cuyo único apoyo hasta ahora en la Junta General (aunque fuera sólo en ocasiones) provenía de los diputados de IU.

En todo caso, el presidente del Principado seguro que respiró anoche. Porque si ya con Podemos como tercer grupo parlamentario el acoso al que estaba sometido por sus diputados era extremo, de haberse producido el "sorpasso" habría ido incluso a mayores. Lo que falta por saber es cómo se tomarán los resultados los máximos responsables regionales de la formación morada.

Pero a Javier Fernández probablemente lo que más le preocupa en estos momentos es lo que decida hacer el líder de su partido, Pedro Sánchez, en las próximas horas o días y lo que ello pueda afectar al Ejecutivo autonómico y a los intereses de la comunidad en su conjunto. A los asturianos seguro que no les iría nada mal que los pactos que se alcancen para lograr la gobernabilidad de España pudiesen tener una traslación al Principado.

Si las urnas no despejaron para nada el futuro de la coalición Podemos-IU, probablemente sí vayan a servir para el relanzamiento de la unidad de la derecha asturiana y, también, para el reforzamiento de la actual presidenta regional del PP, Mercedes Fernández, cuyo liderazgo estaba siendo ya cuestionado por un sector de la organización.

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