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La pelota en el tejado de Ciudadanos

Las cábalas sobre formación de gobierno se limitan por ahora a la agregación de sumandos para la mayoría absoluta de 176 diputados. La de derecha está en manos del PSOE (por activa o pasiva) y la de izquierda también (activa en este caso). Pero no se habla del rumbo a tomar si la absoluta resulta imposible y tan solo un gobierno en minoría puede evitar las terceras elecciones. Si cuaja la alternativa minoritaria, la llave está en la abstención de Ciudadanos. El candidato investido será el que sume más "síes" que "noes". Sin el voto del partido naranja, los sumandos restantes que contempla Rajoy (los cinco del PNV y los dos nacionalistas canarios) no resolverán su elección al quedar en 144 escaños. La simple suma del PSOE y Unidos Podemos da mayoría relativa de 155 sin necesidad de integrar los 19 de ERC, CDC y Bildu. Este último conjunto sumaría 163 si vota con el PP y agregados (conjetura imposible por mutua exclusión) y 174 si lo hace con PSOE+UP (no menos difícil por rechazo socialista del separatismo).

En resumen, Ciudadanos decidiría la mayoría relativa del Congreso no votando a ningún candidato. Con esta premisa, la pura aritmética sitúa a Pedro Sánchez en la presidencia de un gobierno en minoría. La política es cosa distinta, y en ese escenario hay que tener en cuenta la repugnancia de C's a un gobierno que incluya a UP, por no hablar de los precoces pronunciamientos de una baronesa y un barón del PSOE a favor de Rajoy y en contra del maridaje con Iglesias. Unos y otros tendrán que tragarse los ascos si solo piensan en mayoría y mucho más si ésta se bloquea y toca analizar un ejecutivo en minoría, débil o no en función de la solidez del capitidisminuido propósito de cambio.

Dicho esto, la involución del apoyo social al PSOE no propicia remontadas desde los bancos de oposición, como ya se ha visto. Podemos ha sufrido una caída entre diciembre y junio mucho más grave de lo que parece si se restan los votos aportados por IU y se contempla la cuantiosa pérdida de hegemonías territoriales. Los escaños perdidos por Ciudadanos han sido íntegramente vampirizados por el PP, y quizás les iría peor si su voto de investidura favoreciese a Rajoy. Los "nuevos" han sufrido sangrías dolorosas, que amenazan con hacerles irrelevantes sin un fuerte golpe de timón a corto plazo. La mayoría de los votantes ha pasado del cambio y frustrado el sorpasso. La aritmética es la que es pero la política es cosa de políticos. El nudo sigue sin desatar y hay más de una pelota en un solo tejado.

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