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Sol y sombra

La dualidad populista

La complementariedad del yin y el yang tiene en Unidos Podemos su alumno aventajado. Las dos energías opuestas, símbolo de armonía en la filosofía china, se funden en un deseo equívoco y obtienen en esta alianza política un idéntico resultado: seguir desconcertando a los españoles. Ejemplo, mientras que Alberto Garzón, de IU, insta a manifestarse en contra de Obama y convoca a los suyos para protestar por su visita, Pablo Iglesias, en cambio, tiene previsto acudir al almuerzo oficial en honor del presidente de Estados Unidos en el Palacio Real en compañía de los Reyes. ¿Les parece incongruente? Lo es. Incluso admitiendo las corrientes positivas de energía china.

El líder de Podemos y otros dirigentes de la formación morada han reflexionado estos días atrás -probablemente lo siguen haciendo- sobre los resultados electorales fruto de la unión con IU. La primera conclusión de por qué se produjo el chasco después de tantas expectativas creadas fue la del miedo de los electores a votarles para que gobiernen. El miedo no es una consecuencia de que a los viejos les puedan birlar de la noche a la mañana el frigorífico de sus casas como se pretende dar a entender por parte de algunos. Al menos, no únicamente. El miedo, o su sucedáneo el temor, se debe en este caso a la falta de lógica que se detecta en una organización que quiere pescar en todas las aguas y que no duda en poner una vela a Dios y otra al diablo con el fin de distraer voluntades.

La ambigüedad, la incongruencia y el capricho dual de políticos inmaduros actúan al servicio del populismo. Como el argumento que les lleva ahora a proponerle al PSOE juntar fuerzas contra Rajoy después de haber negado el apoyo a la investidura de Pedro Sánchez en circunstancias menos adversas. No son consecuentes ni fiables. Por eso dan miedo.

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