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Cien líneas

Monopolios

Los niños de mi generación jugábamos a maquinistas, a médicos y esas cosas... que en Asturias son una calamidad como se ve en el funcionamiento de las líneas de ancho métrico -vulgo Feve y ahora Renfe- que desaparecen porque no hay forma de contratar a profesionales para ponerlos al frente de los trenes y qué decir de los facultativos y sus listas de espera endémicas que, atención, resulta que están amañadas por al menos cuatro procedimientos distintos para, al final, asegurar que faltan doctores. Al tiempo.

¿No hay profesionales dispuestos a trabajar en actividades tan importantes?

Creo más bien que no hay forma ni voluntad de asignarlos porque se trata de áreas sometidas preferentemente a monopolio y encima de Estado. El resultado no puede ser otro que el que padecemos. En la URSS se comprobó hasta la saciedad.

No me atrevería a asegurarlo de los ferroviarios pero al menos muchos médicos niegan la mayor. Cada cual tiene sus experiencias. Yo viví muy de cerca el caso de una anciana, con la salud bastante quebrantada, que a finales de enero la remitieron a una prueba diagnóstica con la vitola de preferente. Pregunté si la llamarían en unas dos semanas. El galeno me miró sorprendido y me respondió: ¡en una! La citaron para noviembre. Un grano no hace granero pero sospecho que se podría escribir un periódico diario, de unas cien páginas, especializado en la denuncia de montañas de casos así o aún peores.

La culpa es del monopolio. Con vagones y quirófanos en el corralito no hay nada que hacer. Albania, patria querida.

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