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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Una de chinos

Hay censados en España 191.341 chinos, de los cuales 92.905, según datos del INE, están afiliados a la Seguridad Social. Y la mitad de ellos, 46.451, son autónomos, y por lo tanto emprendedores. A emprender a los chinos no los gana nadie, de manera que, o nos ponemos las pilas del reloj -la mayoría, por cierto, made in China- o habrá que sudar tinta, desde luego china, para competir con sus precios, con sus horarios laborales y su capacidad para el ahorro. Han inundado el país de jarrones chinos, esas enormes porcelanas que la mayoría tenemos, que algún mal amigo nos regaló por la boda, y que ninguno discurrimos dónde colocar sin que estorben, como ocurre con los expresidentes del Gobierno, que cuando pontifican a destiempo se convierten en una tortura china.

Los orientales de la tierra de Mao todo lo hacen a lo grande: ganar dinero a espuertas o perderlo. Hace unos meses, el por entonces hombre más rico de China, Li Hejun, perdió 15.000 millones de dólares, la mitad de su inmensa fortuna, en una fatídica jornada de pánico bursátil en el parqué de Shanghai. A los chinos les gusta el juego y ahora juegan a la Bolsa.

Hay tantos chinos en el planeta que nos los vamos a ir encontrando hasta en la sopa de aleta de tiburón. Han comprado, sin el menor complejo, Marina D'Or y un buen paquete de acciones del Atlético de Madrid. Cualquier día adquieren el Sporting y la ciudad de vacaciones de Perlora. Si lo piensan bien, hay amores que parecen comida china: empiezan como un rollito de primavera y acaban dejando en la boca un sabor agridulce.

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