Es demasiado limitante pensar en los coches eléctricos únicamente como vehículos de transporte. Podemos pensar en los mismos como un medio para almacenar energía. Un gran problema de las energías renovables es su intermitencia y el ajuste de la oferta a la demanda. El almacenamiento de energía en una flota de coches eléctricos, desde que brilla el Sol o sopla el viento hasta que el consumidor demanda la energía, es una esperanzadora estrategia para abordar este problema.
Los coches eléctricos serán así un componente de las redes eléctricas inteligentes del futuro o "smart grids". Esta tecnología se conoce como V2G ("vehicle to grid"), siglas inglesas de "vehículo a la red". Ésta es una aplicación del coche eléctrico que dibujan desde el MIT y empresas como A123.
