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Javier Cuervo

Un millón

Javier Cuervo

No somos idiotas

La madrugada del pasado viernes en Niza, en el día que conmemora la libertad, en un espacio que festeja la belleza y en una de esas confluencias en las que la hora, el ambiente, el clima y los sentidos coincidirían en afirmarle a cualquier persona sana que, en ese momento, la vida merece la pena, un terrorista solitario organizó una matanza. Fue una matanza completa, con su sangre, que tiñe de rojo y huele a metal, sus heridos que sufren y gritan, sus cadáveres que espantan, su caos que desasosiega. Todo ello suma tal horror que la inmensa mayoría de las personas no necesita advertencia de que se encuentran ante una maldad aborrecible. A los que no lo vean y sientan así sin más explicación, no les hará mella ninguna propaganda.

Los terroristas vencerán si la lucha contra ellos nos vuelve idiotas. En la lucha propagandística contra el terrorismo ya hay muchos vicios enquistados y su avance nos hará idiotas si se empiezan a incluir en los canales de información continua, sean de televisión, sean los medios de comunicación digitales, las condenas a las matanzas que hacen en Twitter personajes públicos como Cristiano Ronaldo y Leo Messi. ¿Hasta dónde vamos a elevar la redundancia en la obviedad y a los delanteros de los principales clubes de fútbol?

Deberían hacerse públicos sólo los nombres de mandatarios y organismos que se abstuvieran de condenar. Ya son insufribles las condenas oficiales como para seguir ampliando la lista de las enérgicas repulsas. Si hacen falta celebridades para que los ciudadanos entiendan que lo sucedido es un horror es que está fallando la educación moral básica y se está dinamitando la empatía por medios hasta ahora desconocidos. En tal caso habrá que luchar sin descanso por remediarlo con herramientas más finas que la propaganda. Mientras tanto, podemos ahorrarnos idioteces.

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