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Cien líneas

Lunar

Desde la llegada del hombre a la Luna no se había visto una escena tan disruptiva como la entrada de Melania Trump en la convención republicana. Y aun algunos ladraron al claro selenita digo a la arquitecta eslovena.

Los viejos recordamos aquel momento de Armstrong. Lo seguí, hace de la broma 47 años, desde el bar Pepina, en Nueva de Llanes, donde hacía camping salvaje, gracias a la poca edad y a unos tiempos que nunca volverán: ahora las acampadas siguen las pautas del Estado del Bienestar y para eso se queda uno en casa o va a un hotel.

La emoción de Hermida y el enredo de la fecha que desde entonces me persigue. Fue a las 2 y 56 minutos de la madrugada del día 20 pero eso para los yanquis porque en España y en toda Europa ya era día 21. Como no existe un horario común, que debería ser aún más urgente que una moneda única, un suceso literalmente extraterrestre no tiene una referencia unívoca si de escribir la historia se trata. Peor aún, ¿la llegada a nuestro satélite se produjo cuando alunizó el módulo espacial o cuando horas después -al día siguiente para los americanos- salió de esa cápsula el astronauta?

Misterios y más misterios. ¿Dónde está el bebé de Bescansa? ¿al fin encontró niñera? ¿de dónde salieron ayer esos diez votos super numerarios en dirección al PP? ¿cómo cabe detener en apenas un suspiro a 20.000 implicados en un golpe de Estado incluyendo a 100 generales? ¿cómo pudo fracasar la asonada con tantísimos conjurados?

Melania lunar, para mortificación del pensamiento políticamente correcto.

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