Los socialistas asturianos se tenían que reunir ayer porque así lo estipulan los estatutos del partido, no porque fueran a tomar ninguna decisión, ni siquiera a analizar acontecimientos relevantes. El comité autonómico de la FSA se celebró por obligación. Por supuesto que hubo intervenciones y que se dieron a conocer los acuerdos adoptados en el último comité federal del partido. Pero todos los asistentes eran conscientes de la futilidad de la convocatoria. Y de la impostura actual de todos los partidos. Es a partir de ahora cuando se tomarán las decisiones importantes. Hasta el momento han primado los fuegos de artificio político tras el 26-J.
Que el secretario general del PSOE asturiano, Javier Fernández, delegase en el "número dos" de la organización, Jesús Gutiérrez, la comparecencia ante los medios de comunicación para explicar lo tratado por el comité autonómico es muy significativo. Es evidente que el líder de los socialistas de la región no se personó porque no tenía nada relevante o novedoso que decir. Salir a la palestra para repetir de nuevo algo que ni él mismo se cree carece de sentido. Pero es lo que toca. Toca insistir en que los socialistas buscarán un acuerdo de izquierda que facilite la gobernabilidad de la autonomía, cuando la cúpula dirigente de la FSA sabe de sobra que un acuerdo con Podemos en las actuales circunstancias es impensable. Ni tan siquiera han conseguido sentarse a hablar de la reforma fiscal, ¡como para pensar en algo más comprometedor como unos Presupuestos!
"Para empezar a vislumbrar una solución al mapa político asturiano antes se debe clarificar el mapa político nacional", sentenció Jesús Gutiérrez. Ésa es la cruda realidad. Y por eso la inutilidad de la reunión de ayer de los socialistas asturianos. No es momento de apuestas exageradas, de bravatas, sino de saber esperar con paciencia y no descartar ninguna posibilidad de negociación o acuerdo. Es lógico, por lo tanto, que ante la propuesta del PP de pactar el Presupuesto asturiano Gutiérrez se mostrase complaciente.
